El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Las condiciones en el campo de desplazados internos de Ichwa (Nigeria) son terribles, pero Abraham y su familia tienen esperanza gracias a Dios y a la Iglesia mundial.
Hablar con Dios lo es todo, porque Él nos regala todas sus riquezas y bendiciones espirituales.
Dios jamás abandona a los heridos, sino que los fortalece para que ellos mismos puedan traer sanidad a los demás.
Hablar con nuestro Creador nos libera, nos quita la ansiedad, nos hace vivir más y mejor, porque aprendemos a verlo todo de una manera diferente y eterna.
Perm es una megaciudad, más poblada que Ámsterdam, construida a orillas del ancho y serpenteante río Kama, a 1.400 km al este de Moscú.
¿Por quién me inclino a orar y a quién tiendo a despreciar? ¿Dónde trazo mis límites? ¿Y estos reflejan el corazón de Dios?
Claro que existe gozo, alegría, prosperidad en el más amplio sentido de la palabra; pero muchos se olvidan que la vida cristiana es una lucha continua.
La plataforma social lanza -aun en modo de prueba- una herramienta para compartir motivos de oración y “orar” de forma interactiva.
¿Hay un llanto que nos renueve y que nos motive a la acción, a la denuncia contra toda opresión y a la búsqueda de justicia?
“El silencio del hombre es cómplice. La neutralidad es estar a favor del abusador”, expuso Marcos Zapata en el encuentro de la Alianza Evangélica y la Plataforma Seneca Falls.
Donde no podemos llegar en persona, podemos llegar con nuestras oraciones.
Podemos vencer cualquier circunstancia y enfrentarnos a las situaciones más difíciles, pero no sabemos como desprendernos de los recuerdos que nos hieren.
El secreto de la primera iglesia fue la absoluta dependencia del Espíritu Santo en oración en todo lo que hacían.
“Venga tu reino” debería ser nuestra petición prioritaria y, si ello fuera posible, que sucediera en nuestra propia generación, como deseaba el apóstol Pablo.
Es mediante la oración que tomamos conciencia de que nuestras cargas las lleva el Señor y no nosotros.
El veredicto de Jesucristo ante el fenómeno de oraciones cara a la galería es devastador: no sirven para nada.
Si Cristo lloró tanto, ¿por qué el hombre ha dejado de llorar?
Sería bueno hacer un intento de ver cómo sería esto de orar por los cristianos siendo guiados por la oración de alguien que fue perseguido.
Dios quiere ver que nosotros, la iglesia de Cristo, sufrimos la persecución como lo hace él. Quiere ver que nos comprometemos con él y lo tomamos como algo nuestro.
Quizás los que ahora lloran, serán los que finalmente van a poder reír con una risa liberadora y sana.
Cuando hablas con el Señor reafirmas tu fe. Te haces presente ante su presencia. Renuevas tu confianza en él.
Jesús llora al ver la tristeza de sus amigos. Nuestras lágrimas conmueven el corazón de Dios.
La duda también es aceptada por el Padre, lo inaceptable es arremeter contra Él en un continuado estado de vacilación.
Comprender la trascendencia de la oración significa tomar conciencia de que esta tarea no termina cuando decimos amén.
Y sin embargo, ahora…, precisamente ahora he dejado de orar a Dios.
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