El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Hay veces en que sólo podemos ver a Dios en su aparente ausencia.
Hoy, a ti y a todos los hijos, y a los hijos de los hijos, quiero escribir este poema.
Poema del encuentro con Jesús. ¿Le encontramos o Él nos encuentra?
Un poema de reconocimiento al Mesías de Israel.
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello (Cantares 4:9)
Hoy proclamo que, aunque todo se derrumbe, Tú eres mi fuerza y mi victoria,
Ahora sé que todo está en Tí, y que de Tí todo depende: mis horas, mis recuerdos sin nombre, mi risa y mi llanto.
Si caminas bordeando los abismos de tu propio interior, de tu persona, ¡felicidades!, ¡estás vivo!, y vivir es saber que hay un mañana.
Hoy escribo ahuyentando soledades...
Para Juan Antonio Monroy.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor (Cantares 8:6)
Un día le encontraron dormido, apenas un suspiro entre dos mundos abiertos.
"Cada niño que nace trae el mensaje de que Dios aún no pierde la esperanza en el ser humano" Rabindranath Tagore
Señor Jesús, perdónanos,/ por ese “monopolio santo”/ de tu patente registrada/ en el Calvario.
Nos hemos construido una sociedad en la que podamos sentirnos cómodos, cada vez más, que para eso estamos en un estado de bienestar, pero eso implica, por definición, ir quitando de en medio todo aquello que nos incomoda.
Elizabeth, que significa: Dios es mi plenitud.
No es una historia más, por muy dolorosa que haya sido, de las muchas que hollan la superficie de la vida. Es una historia de fe, de amor, de entrega.
El lobby LGTBI primero nos robó el arco iris, y ahora también nos ha robado el feminismo. Recuperemos lo que es nuestro.
Cuando miras mucho tiempo al fondo de un abismo, el abismo termina mirando también en lo profundo de ti.
Muchas veces nuestra bondad o nuestra maldad se refleja en la manera de mirar.
En todo el recorrido, Dios está siempre presente. Choca mucho a quienes vamos desde esta Europa secular, descristianizada, agnóstica y antireligiosa.
En lo alto de la colina llena de árboles y flores, de lomas verdes, con la alfombra abajo del mar de Galilea, se ve a lo lejos -al otro lado- la sierra seca desértica de la región de Gadara.
Desde Cafernaúm vemos que para estar en el cronos de los medios de comunicación es fundamental empezar por entrar de lleno en el kairós de Dios.
Mi sentimiento en Cafernaúm fue muy parecido al de Jacob, cuando soñó con Dios y escuchó sus promesas, viendo la escalera abierta al cielo y los ángeles en ella, en Bet-el.
Me pregunto hasta qué punto nuestras vidas e iglesias perviven en la sencillez del modelo e idea original de Dios, o estamos queriendo construir armazones que sólo tapan la esencia de Aquel niño en un pesebre.
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