El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Una reseña de En tierra hostil, de Kathryn Bigelow (2008).
El temor de Dios es terapéutico, porque su efecto es sanador interiormente, con repercusiones que trascienden los límites de esta vida.
La fuerza que tiene el mal en las novelas de King viene sin lugar a duda de su educación cristiana.
Los gallos cantan antes del amanecer para marcar su territorio y atraer a las hembras.
A José Julio Brossa, ingeniero en Tenerife, las crisis y dificultades en la empresa le generaban una gran ansiedad. Las cosas cambiaron cuando aprendió a “caminar de la mano de Dios en medio de las tormentas”.
Siempre hay razones para temer. Las promesas de Dios son que la Gracia que necesitas hoy no te faltará mañana.
Las Nuevas de gran Gozo en las que creen los cristianos, deben actuar como contracultura contra el miedo que sumerge a los hombres en nichos de pesar, de depresión y de angustias mil.
Jesús tiene muchos admiradores, pero pocos seguidores. La segunda mitad del capítulo 8 de Mateo nos revela cómo esos miedos nos impiden seguir a Jesús, confiando en Él.
Debemos aprender a vivir esa interculturalidad que nos enriquece a todos, también dentro de nuestras iglesias.
El antivirus del miedo es la valentía, que en la experiencia cristiana nos viene dada por la Divinidad como una fortaleza interior capaz de afrontar amenazas imprevisibles.
Su éxito se basaba en la comprensión de que lo que los americanos temen más, es la culpa, el dolor y la vergüenza, de donde viene el terror de sus pesadillas.
En ocasiones, creer pueda dar miedo, y esto porque, con frecuencia, creemos más en nosotros que en Dios.
¿Hacemos mal defendiendo lo bueno? No, aunque sí puede dolernos.
Lo decisivo de todo esto es que se produzca en el hombre un vuelco del corazón a Dios.
El antivirus del miedo es la valentía, que en la experiencia cristiana nos viene dada por la Divinidad como una fortaleza interior capaz de afrontar amenazas imprevisibles.
El propósito de este libro es indicarnos cómo la Escritura nos muestra el camino más adecuado para enfrentar nuestros miedos. El cristiano no es inmune al miedo, pero sí cuenta con medios efectivos para hacerles frente.
Muchos temores pueden cubrir a los hombres como con un negro manto que les agobia.
Un estudio de Mateo 14:22-34; Marcos 6:45-52; Juan 6:16-20.
¿Acaso no habría sido mayor muestra de afecto revelarle su error? ¿Dejarlo engañado es quererlo bien?
¿Cómo es posible que alguien ande sobre nuestro miedo como si no pasara nada?
Para todos los que confían en Cristo hay una esperanza real y eterna. Él nos revelará su verdadera gloria.
No son excluyentes la fe en el Señor que nos ha prometido resguardarnos del mal y los actos cotidianos que debemos realizar para cuidar nuestra salud.
El cine muestra muchos ejemplos de virus que afectan al ser humano invadiendo el organismo y produciendo epidemias devastadoras que nos recuerdan nuestra fragilidad y vulnerabilidad.
Temores, todos tenemos. La cuestión es qué hacemos con ellos.
Los cristianos no son personas mejores que los demás, ni más morales, o religiosas. Son seres rescatados por Dios, que nos arrebata del poder de la oscuridad.
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