El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Planteada como una de las promesas fundamentales de la legislatura, la medida afectaría a 13 millones de personas y los salarios se conservarían igual. “El ejecutivo está tratando de consolidar sus bases electorales”, opinan algunos evangélicos.
Los nuevos empleos, la precariedad o el paro juvenil son algunos de los elementos que hacen necesario repensar la forma en la que las congregaciones han abordado la cuestión del trabajo.
La ética bíblica del trabajo choca de frente con un sistema laboral deficitario, según la Organización Internacional del Trabajo, en “bienestar material, seguridad económica, igualdad de oportunidades y margen suficiente de desarrollo humano”.
Casi 900 participantes de 110 países soñaron en Manila (Filipinas) con un “gran movimiento de Dios a través de creyentes en su lugar de trabajo”.
A los cristianos les cuesta admitir que el capitalismo es uno de los principales propulsores de la descomposición social y moral de las sociedades occidentales.
Cada vez más españoles aceptan contratos sin sueldo. Además proliferan ofertas de trabajo falsas para estafar a personas que ansían salir del paro.
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