El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Eres tú mi buen Jesús, el compasivo, aquel que con maestría ejecuta amor y me hace comprender lo mucho que necesito parecerme a ti.
A todas aquellas mujeres a las que les robaron su infancia.
Los cristianos tenemos bien aprendido el mensaje de salvación pero olvidamos que de nada vale si no argumentamos lo que decimos, si no nos arremangamos y vivimos un evangelio de afinidad con el prójimo.
Lucha por reencontrar el amor. Acúnalo de nuevo, mécelo al son de una misma nana.
El arco dice bajito a la flecha, al despedirla: tu libertad es mía. Rabindranath Tagore
Una vez más tengo que recordar que hay miles de sendas, pero un solo camino.
Nuestro cometido es glorificar a aquel que se levantó de los muertos y que nos muestra cada día que gracias a Él tenemos vida.
Sonreír nos hace más bellos, pero no olvidemos que las lágrimas consiguen limpiar nuestros ojos para poder ver la belleza en los demás.
La genuina navidad estaba cercana a ella. Dejando atrás el tumulto, la luz salía a su encuentro.
Suspiro aliviada al entender que en el fondo no te has ido del todo, estás aquí, cercanamente alejado, brotando entre nosotros.
No resulta fácil dar amor al enemigo, sonreír al recio que malhumorado expresa su descontento sin razón aparente.
A todas las mujeres maltratadas.
Quiero dejar a un lado el hermetismo en el que a veces me sumerjo, ese apagado antojo de silencio que contiene un dolor no expresado y que macero dentro sin ningún sentido.
Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas. Franz Kafka
Ansío dejarme sorprender por el Dios asombroso.
Es un mes de peregrinación al cementerio, lugar en el cual tener un simbólico encuentro con aquellos que compartieron escenario y a los que se evocan con una indisoluble nostalgia.
Debemos forjarnos de valor y seguir hacia adelante anhelando ser coronados por su gracia.
“Las tormentas hacen que los árboles tengan raíces más profundas”.
Quiero hacer míos los versos del poeta cuando expresa: Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Los obstáculos son parte del trayecto, solventarlos no está al alcance de todos.
Eres tú el único que puede abolir este dolor, sólo tú tienes poder. ¡Señor, hazme justicia!
Sólo pienso en realizar la labor que se me encomienda, sin dejar de alimentar el deseo por hacer las cosas bien y disfrutar de lo que hago.
Hay personas que se toman la libertad de decidir cuándo y cómo acabar con todo. ¿Qué ocurre en la mente de alguien para llevarle a extremos tan trágicos e inexplicables?
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