El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La Biblia lanza continuamente sus mensajes para que no nos ceguemos con ese metal amarillo, con el brillo de las monedas, con las falsas alegrías del consumo desmedido.
La forma más sencilla de poder bendecir a los que nos maldicen es mirar a Aquel que nos bendijo en lugar de a aquellos que nos maldicen.
Los problemas cotidianos de nuestro tiempo, en el fondo, son problemas teológicos.
La piedad, la obediencia, la santidad y el temor al Señor traen grandes bendiciones a nuestra vida particular y comunitaria y el pecado, por oposición, trae maldición.
Este país necesita mediadores sociales, hombres y mujeres de bien que estén desprovistos de extremismos y se mantengan imparciales.
Es obvio que el aspecto "generacional" de toda esta enseñanza se basa en el segundo mandamiento del decálogo y algún texto en Éxodo y Deuteronomio.
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