El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Decía Cicerón que la idea de la crueldad es de sí inmoral y nunca puede dar origen a algo útil, como pretendían los cuatro criminales que privaron a un hombre bueno de sus pasatiempos favoritos: la lectura.
Giorgio Agamben (1942-) es un pensador al que tienes que atender si te atienes a la actualidad.
El 36% de los españoles no lee nunca, dicen los últimos datos. “Las personas se resisten sencillamente porque no lo han probado”, asegura el escritor José de Segovia.
Leer es navegar, con el anhelo de llegar a buen puerto para hacerse de más provisiones y continuar haciendo surcos en el mar.
Comparto aquí sugerencias de lecturas sobre la temporada navideña, una por cada día, iniciando el primero de diciembre y concluyendo el 25.
¿Qué es lo que ha hecho que una mujer que escribe sobre la vida de unos pastores protestantes en una zona rural de Estados Unidos sea tan importante?
Me pongo de pie ante Nelle Harper Lee, porque nos legó una pieza literaria en la que hizo luz sobre la intolerancia, el racismo y la religiosidad protestante/evangélica que sucumbe ante los prejuicios.
El acercamiento a los libros con espíritu de aprendizaje nos vivifica, a la vez que la vida y sus retos amplían el entendimiento de lo que vamos decodificando al ejercitar el acto de leer.
Dios usa su Palabra para hablar con nosotros y transformar nuestra vida, un libro que no sólo se lee, sino que se vive.
Leer es una actividad que se realiza en solitario, que adquiere mayor relevancia cuando junto con otros se lee el mismo libro, para semanalmente conversar sobre el autor(a) y la obra seleccionada.
Al alcanzar las bondades elementales de la lectura hogareña, guiado por las artes incisivas de doña Velia Ortiz, el mundo eclesiástico cambió paulatinamente para volverse un paraíso.
El mundo de los libros tiene una antigüedad que se pierde en el tiempo.
Para compartir mi atracción por la literatura navideña en sus variadas tonalidades antes referidas, inicié el primero de diciembre sugerencias de lecturas sobre la temporada.
Me topé con la lista de regalos de Navidad de una editorial cristiana que tenía secciones “para él” y “para ella”. Estaba casi completamente segregado por el género de los autores.
Habiendo navegado por los mares de casi todo tipo de discusiones bíblicas de altura y de bajura en todos estos años, prefiero quedarme con la Sola Escritura.
La Biblia es un antídoto que evita especular sobre Dios porque en sus páginas encontramos que Él se revela y comunica reiteradamente quién es.
Los hombres de antaño que sobresalieron por su excelencia y pujante vigor ministerial se hicieron fuertes en la soledad, en la meditación, en la reflexión, en el estudio diligente y en la devoción fervorosa.
Solamente he comprado libros electrónicos cuando no tengo a mi alcance la versión en papel. El libro impreso me cautiva.
Es conveniente que apartemos un momento tranquilo antes que el día haya terminado del todo, un momento de acción de gracias por la abundante gracia recibida.
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