El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El festival internacional de Guanajuato ensalzó los valores del Quijote y los talentos literarios de su autor, de quien se cumplen ahora 400 años de su muerte.
Desde tiempo atrás suelo ir una vez al año a dictar conferencias en iglesias de Tijuana y Ensenada. Les relato mi último viaje, del que acabo de regresar.
En Tirso Dios pierde su carácter de Padre misericordioso y aparece como juez severo, implacable. Es el Dios del “ojo por ojo, diente por diente”.
Los autores inspirados, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, reconocen a Dios como Creador y Sustentador del Universo.
Si exceptuamos a Don Quijote, es difícil encontrar en la historia de la literatura universal un protagonista y un asunto que hayan dado ocasión a una tradición más difundida como la de Don Juan Tenorio.
El Dios universal, el Dios que nos cuida como un Padre tierno, no es un ser débil, antes al contrario, es poderoso, es todopoderoso.
Mientras haya espíritus que se debaten entre la esperanza y la desesperación, el libro de Job tendrá un mensaje único, insustituible.
La fe en un Dios universal, celestial, arrinconado en su trono de nubes, no es la fe que mueve montañas ni tampoco puede mover a los cristianos.
Tras leer detalladamente el libro que estoy comentando, es mi opinión que a su autor le importa hasta límites máximos que los cristianos entiendan en totalidad y profundidad el mensaje de la Biblia.
Ser predicador del Evangelio en un mundo tan materializado como el que estamos viviendo, supone una aventura espiritual.
En el libro, Timothy Archer entra con mirada escrutadora en la interioridad de la Iglesia para afirmar, que en estos inicios del siglo XXI, los cristianos debemos reflexionar y preguntar hacia dónde vamos.
El Credo Apostólico nos introduce a un tema que en nuestros días es de capital importancia: la doctrina de la Iglesia del Nuevo Testamento.
“Las misericordias, sobrina, son las que en este instante ha usado Dios conmigo, a quien, como dije, no las impiden mis pecados.".
La presencia de Dios tiene un significado vital y dinámico que anula la angustia.
8 argumentos que el padre del comunismo usó contra la fe cristiana
Cuando menos lo pensaba enfermó de muerte Don Quijote.
La persona que padece angustia vital se siente doblegada por el peso de la vida.
El encuentro Adece celebrado en Santiago de Compostela desafía a los comunicadores cristianos a trabajar con excelencia para conectar con la cultura contemporánea.
Quiso Cervantes elegir Barcelona para que la ciudad a la que elogió fuera testigo de las tristes, las dolientes, las desmayadas palabras del vencido caballero.
“La cultura es una puerta abierta para hacer fluir el evangelio”, afirma Alfredo Pérez Alencart, uno de los coordinadores del encuentro de comunicadores que comienza este viernes en Santiago.
El enfermo de ansiedad suele refugiarse en los tratamientos médicos. En las pastillas que suministra la farmacia. Pero pocas veces acude con sus problemas a Dios.
El amor es una deidad a la vez alagüeña y terrible. Don Quijote acomoda la sentencia del niño a sus propios suspiros amorosos y dice a Sancho: “¿No ves tú que aplicando aquella palabra a mi intención quiere significar que no tengo de ver más a mi Dulcinea?”
Considerada como el azote del siglo XXI, se le ha llamado también “la enfermedad del siglo”; pero la depresión no es nueva.
Monroy pone su prosa -y su poderosa voz- al servicio de los demás, sin perder ningún segundo en las críticas facilonas a las que están malacostumbrados los mediocres.
Las cosas que ocurrieron a Don Quijote en Barcelona merecen ser leídas y contadas.
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