El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Muchos se preguntan dónde está el secreto de un matrimonio de por vida, como el de los Keller. La respuesta está en su libro, el mejor que conozco sobre el matrimonio en lengua castellana.
El maestro más reconocido enfrentó una creciente oposición. Conservadores y progresistas de su tiempo se unieron contra Jesús.
La muerte de cinco personas por la implosión de un sumergible cuando intentaban ver los restos del Titanic ha vuelto a poner en evidencia la fascinación por el barco hundido al chocar con un iceberg en 1912.
Jesús muestra dos tipos de experiencia religiosa: al obedecer la ley de Dios, unos lo viven como una carga, otros como una delicia. Un paradigma es la religión, y el otro es el evangelio.
Entender que el Evangelio es para creyentes y no creyentes revolucionó el pensamiento y la vida de Keller.
Los consejos no solicitados son los que peor se reciben. Esta es la gran diferencia entre la religión y la buena noticia que trae Jesús. Es un anuncio que ilumina el camino de nuestra vida. Hoy reflexionamos sobre el llamamiento que Jesús hace.
Keller descubre que sin la obra renovadora del Espíritu Santo no hay más que moralismo o la “gracia barata” de la que hablaba Bonhoeffer.
¿Cuál es tu mayor problema? Consideraremos cómo Jesús afrontó el asunto del mal en el mundo.
El 21 de abril de 1970 Tim apareció en la habitación de su compañero de Universidad para decir que se arrepentía de su pecado y creía en Jesús.
El reino se ha acercado. Jesús muestra que tiene poder sobre la enfermedad y no viene solo a rescatar almas, sino a salvarnos de forma integral.
Keller comentaba las cosas que leía, veía o escuchaba, pero no se sentía cómodo con los elogios y las preguntas personales. Era realmente humilde.
Nuestro corazón está envenenado. El llamado de Juan el bautista a arrepentirse es amplificado por Jesús, que se nos muestra en este evangelio como alguien poderoso y cercano.
Era un hombre lleno de gracia. Le costaba vivir en el actual escenario de la sociedad americana, tan polarizado en el norte y el sur, pero también en un mundillo evangélico cada vez más politizado.
Su lectura es tan molesta e inquietante para el optimismo humanista contemporáneo que puede ser tan dolorosa como un puñetazo en el estómago. Desvela nuestro oscuro corazón.
En la conclusión del evangelio descubrimos que la historia no se acaba. Diversos artistas se han unido a la encomienda de llevar el mensaje de Jesús por todo el mundo.
La educación no es un compartimento más en nuestro fragmentado modo de vida, sino que sigue siendo un desafío para todos aquellos que creemos que el conocimiento de los hechos se relaciona con el sentido de la vida del hombre y el mundo.
La buena noticia de que hay vida después de la muerte se fundamenta en Jesús. El relato que seguimos hoy ha inspirado a diversos artistas nacionales e internacionales.
Toda su obra es una búsqueda de redención. Por eso, dice el músico, “he intentado leer la Biblia un tiempo”.
Pocos cineastas como él han plasmado la soledad del ser humano, que hace vagar a sus personajes en busca de la redención de un padre ausente.
La sombra de la cruz se extiende sobre todas las historias de redención, aunque sus autores no comprendan el sentido único de su sacrificio.
La justicia que conocemos en este mundo es distorsionada, a veces, una parodia de la verdadera. Pilato se ha convertido en un símbolo de esa injusticia.
Más allá de las ideologías y los credos, están las personas. Y cuando se produce una química tan extraña como la que hubo entre Paisley y McGuinness, surge el entendimiento e incluso la complicidad.
Se pueden decir de él muchas cosas, pero si hay algo que caracteriza su trayectoria, es su preocupación espiritual, algo tristemente ausente en la mayor parte de la literatura española actual.
Cuando entramos en terreno sagrado, quisiéramos descalzarnos y andar con precaución. Eso ocurre en el huerto de Getsemaní, donde descubrimos algo del misterio en la relación entre Dios el Padre y Jesucristo.
Para los que crecimos durante la guerra del Vietnam, sus imágenes nos evocan el horror. Si has conocido a veteranos de Nam, habrás observado que son particularmente reticentes a hablar sobre el tema.
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