El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Se trata del tercer ataque registrado en Israel durante la última semana, y en los que han muerto diez personas.
Se están imprimiendo 30.000 ejemplares en este idioma nativo que se habla en el Estado nigeriano de Borno, en la región chadiana de Adamawa y en el noroeste de Camerún.
Además de España, miles de personas ya han sido acogidas por familias en países como Suiza, Alemania y Reino Unido.
Desde 1959 han sido fusiladas alrededor de 3.116 personas en la isla, fundamentalmente hombres y por delitos comunes o políticos.
Este domingo la marcha por la vida vuelve a su formato presencial, recorriendo las calles de Madrid en defensa de la vida del no nacido.
Un informe del NHS advierte que “el enfoque clínico no se ha sometido a algunos de los controles de calidad normales”, lo que deja a los menores “en un riesgo considerable”.
A principio de año, Brian Houston ya había dejado temporalmente el liderazgo para preparar su defensa en un juicio por presunto encubrimiento de abusos sexuales de su padre.
El Global Mercy estará varias semanas en el puerto canario completando su preparación para atender a miles de personas en misiones humanitarias.
En Rumanía se encuentran más de 450.000 ucranianos que han huido de la guerra, según ACNUR. Las iglesias evangélicas locales sirven en la frontera para ayudar en la acogida de quienes llegan.
“Miembros de la iglesia y amigos han abierto sus casas, cocinamos para ellos, nos encargamos de las medicinas, organizamos sus viajes”, dice un obrero cristiano en Hungría. En Rumania, “las iglesias trabajan juntas para ser más eficientes”.
“Casi todas las iglesias de Moldavia están haciendo algo, hay dolor, no miedo”, dice un cristiano en el país. Un periodista finlandés: “Tenemos 1.300 km de frontera común, las batallas con Rusia están muy arraigadas en la memoria de nuestra nación”.
El pastor Vitaly Vlasenko, secretario general de la Alianza Evangélica Rusa, publica una carta abierta condenando la invasión militar de Ucrania.
El Gobierno guatemalteco celebra un encuentro solemne en el Palacio Nacional, con altos representantes nacionales y de toda Iberoamérica, en el que también se ha develado un monumento conmemorativo.
Mientras el conflicto en Ucrania se recrudece, con ataques que cada vez afectan a más población civil, se hace especialmente necesario pensar en la paz.
La aprobación de la norma se ha logrado con 101 votos a favor, 51 diputados ausentes y 8 votos en contra.
Las iglesias nacionales pertenecientes a los distintos patriarcados existentes han reaccionado de forma diversa a la guerra. En Rusia, 300 sacerdotes ortodoxos han pedido el fin de la confrontación.
Grupos evangélicos buscan mostrar las raíces de la igualdad entre mujeres y hombres en la Biblia. El abuso en la sociedad y la falta de voz en las iglesias siguen siendo obstáculos visibles, dice la Alianza Evangélica Mundial.
“Necesitamos arrepentirnos por lo que hemos hecho, primero ante Dios y luego ante el pueblo de Ucrania”, escriben los pastores en una carta abierta.
Andrey Tyschchenko es el pastor de una iglesia evangélica en Járkov, una de las ciudades más castigadas por el ataque de Rusia. Ahora se encuentra refugiado en Polonia con su familia.
También denuncian el “impacto desproporcionado” que tendrá el proyecto legislativo sobre “minorías ya marginadas” y piden su eliminación.
En Rusia, los cristianos evangélicos piden a Vladimir Putin que busque una negociación para “encontrar una solución pacífica”.
Tanya Pinchuk, una periodista evangélica que vive en Kiev, nos cuenta cómo están viviendo la invasión. La mayor ayuda que pueden recibir, dice, es “orar” y “no guardar silencio” sobre lo que están sufriendo.
Según el líder de la principal organización cristiana en la región, “los bandidos han dado regalos al niño, haciendo que rechace las ofertas de liberación”.
Según un informe encargado por el gobierno, también ha habido 589 ataques contra judíos y 213 contra musulmanes. “La violencia física va en aumento”, ha asegurado un líder evangélico nacional.
Mientras el ejército ruso alcanza la capital del país, Kiev, unos 100.000 ucranianos han huido de sus casas, según las primeras estimaciones de ACNUR. De ellos, miles han cruzado la frontera nacional.
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