El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios, no puede contener errores fundamentales de ningún orden. Aceptar esto no es elaborar ningún tipo de “bibliolatría”, sino reconocer que no estamos simplemente ante una obra más de la literatura religiosa.
Todo cuanto Dios ha hablado por medio su Hijo, no se conocería si no fuera porque quedó registrado en las Escrituras del Nuevo Testamento.
Con una idea más clara de lo que significan ambos términos, revelación e inspiración, encontramos un gran gozo en la lectura y estudio bíblico de la epístola a los Hebreos.
La grosera cosmovisión politeísta nada tiene que ver con el fino tejido monoteísta, sobrio y elegante, que envuelve toda la Escritura.
Los errores que aparecen en las distintas copias y versiones de la Biblia se deben fundamentalmente a equivocaciones de los copistas.
A la inspiración no le importa si estás dormida o despierta, pues actúa cuando quiere y como quiere. Texto con motivo del 21 de marzo, Día Internacional de la Poesía.
Acercate a Él, y gozarás, no sólo de salvación y vida Eterna; sino de una maravillosa libertad que jamás has conocido.
Fue guardada por un Dios que más tarde conocería como su Dios, Creador, Salvador y Señor, a través de personas Suyas que la tomaron, rescataron, enseñaron, ayudaron y le transmitieron la fe.
Esta hipersimplificación del significado de inerrancia se antoja para creer de ella que invita a una lectura pueril de la Sagrada Escritura. Porque en su artículo Máximo García no se detiene a esclarecer que “lectura literal” y “literalista” son cosas diferentes.
Faltan manos dispuestas a enjugar los ojos de quien invirtió su vida en secar lágrimas ajenas.
Una crítica al reciente artículo de Juan María Tellería sobre la inerrancia bíblica
Me gustaría mencionar algunas de las diferencias entre la Escritura y la Persona de Jesucristo, así como algunos de los riesgos a los que nos exponemos cuando no tenemos esto en consideración.
Un análisis de lo que creen las denominaciones evangélicas españolas sobre la Biblia.
Nunca, en toda su obra, Cervantes se permite hablar de la Biblia en tono jocoso, como lo hace con otros libros y, en especial, con los de caballerías.
Es como degustar una locura que brota en tu interior, o una locura que te llega de fuera y te llena.
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