El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En Jesús encontramos a un Dios que no es indiferente, sino un Dios que llora con nosotros.
No nos gusta estar del lado del débil, sino que nos adherimos a los que tienen prestigio, fama y fuerza social.
Se necesitarían en el 2019 voces proféticas que clamaran contra los grandes escándalos del mundo porque, a veces, como diría Unamuno, callarse puede ser peor que mentir.
Sé que me podrás decir a través de mi destartalada existencia que ¿quién eres tú para analizar tantos sinsabores y saberes de la vida? pero sepas que quiero ser como dócil barro que se pone en las manos del Alfarero mayor.
Hay que eliminar ese silencio bajo el cual esconden sus vergüenzas todos aquellos que no quieren que el mundo los juzgue, pero no saben que hay otro juez que todo lo ve y que, un día, va a romper definitivamente ese silencio de muerte, silencio insolidario.
Estamos inclinados a creer que en Dios no tenemos libertad para seguirle, más bien usa la fuerza de su soberanía para ser respetado.
Los cristianos debemos sentirnos interpelados en nuestra responsabilidad ante el prójimo viviendo la tensión a que las injusticias sociales y las estructuras de pecado y económicas de poder someten los valores bíblicos.
Hoy, en un mundo desequilibrado e injusto, hay muchas personas que “mueren” la vida. La mueren, que no la viven.
Cinco argumentos usados por los que defienden la propuesta de Podemos.
De cada uno depende en qué pone la base de su existencia, cuáles son los principios que le motivan para vivir.
La justicia es una espada de amor que comenzamos a esgrimir nosotros mismos cuando alguien nos necesita a su lado.
Jesús no fue sometido a ningún juicio que merezca llevar ese nombre y sí fue condenado por dos pre-juicios ante sendos tribunales que bien merecen llevar el nombre de tribunales de injusticia.
La reprobación social ante conductas más o menos sospechosas tiende al linchamiento. Parece que algunas instituciones quieren apresurar condenas y desatar una caza de brujas.
La obra de Dios genera oposición. El evangelio no es una buena noticia para el mal.
Humor crítico inteligente.
El que sigue a Jesús no va a dar nunca prioridad a los negocios, ni a la rentabilidad de sus acciones, ni al ritual religioso insolidario. Va a dar prioridad al hombre alineándose nada menos que con Jesús.
Cómodo resulta tildar de ‘comunista’ o ‘radical’ a todo aquel que intenta clamar por los más desamparados. ¿Habría que condenar a los profetas?
Cada vez que las cosas no nos van como querríamos, sometemos a Dios a juicio.
El egoísmo es la más devastadora pandemia que asola a la humanidad, desde épocas lejanas.
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