El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Este fruto aparece en Levítico en relación a la fiesta de los Tabernáculos, y se refiere en realidad al árbol de la cidra o toronja.
Además de ser usados para el sacrificio (Ex. 29:1-37; 1 Cr. 29:21), los novillos o becerros formaban parte de la dieta del pueblo, sobre todo en las fiestas importantes.
El lugar donde el Señor se apareció a Abraham, no eran probablemente encinas o robles sino terebintos.
Una de las cubiertas de la techumbre del Tabernáculo del pueblo de Dios en el desierto de Sinaí podría haber sido confeccionada con pieles de tejón, dugón, o delfín.
La Biblia afirma que Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beerseba e invocó allí a Dios, y que los huesos de Saúl fueron sepultados bajo un tamarisco en Jabes.
En la cuarta plaga de los tábanos, Dios pone su misericordiosa mano sobre los hebreos para que queden protegidos y aprendan quién es Jehová en medio de la tierra (Ex. 8:22).
Sólo se le menciona un par de veces en el Antiguo Testamento (Lv. 11:17 y Dt. 14:17), en las listas de los animales impuros que se dedican a pescar peces.
El sicómoro tiene una antigüedad de dos milenios y se le relaciona con el árbol al que se subió Zaqueo para observar mejor a Jesús.
El libro de Génesis presenta a la serpiente como instrumento animal de la tentación en el huerto del Edén, motivo por el cual fue maldita entre el resto de los animales creados.
En la Biblia aparece la palabra semilla en más de treinta ocasiones, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
La muerte no solo nos enfrenta a la vanidad de la vida, sino también a su carácter efímero y breve.
Los sauces requieren mucha agua para su crecimiento. De sus abundantes ramas solían construirse enramadas para la Fiesta de los Tabernáculos.
Crónicas 2:8 parece indicar que el sándalo también crecía en el Líbano, pero, si esto era así, es evidente que habría sido introducido por el ser humano.
Las langostas causantes de a famosa plaga bíblica constituyen especies pertenecientes al ámbito de los saltamontes.
En la Biblia las salamanquesas eran considerados animales impuros por los hebreos.
A pesar de que no estaba incluida específicamente entre los vegetales que había que diezmar, los fariseos estrictos añadieron también la ruda.
Las rosas, tal como se conocen hoy, no se mencionan en la Biblia canónica, sino solamente en el libro apócrifo de la Sabiduría.
El ricino solo se menciona en el libro de Jonás como una planta que crece milagrosamente, sin que nadie la haya plantado, capaz de dar sombra en ambientes secos y cálidos.
La palabra “reptil” aparece casi veinte veces en la Biblia, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento.
La Biblia se refiere a los rratones, en la lista de animales del Levítico, y lo coloca entre los inmundos.
En la Biblia las ranas entran en la categoría de animales impuros o no comestibles (Lv. 11: 9-12).
El quebrantahuesos, que era un animal impuro para los judíos, aparece sólo dos veces en el Antiguo Testamento,
La púrpura aparece en más de 50 versículos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y se refiere siempre al tinte de color rojo purpúreo a morado.
“Pulga” sólo se menciona dos veces en la Biblia, ambas en el libro de 1ª de Samuel, como símbolo de insignificancia o disparidad de fuerzas.
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