El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
A muchos no les importa tener una doble vida con tal de alcanzar sus objetivos y vivir bien. Caiga quién caiga.
Tu servicio o producto no es para todos. Así que tenemos la tarea de definir al cliente potencial, algo fundamental para que el negocio prospere.
La persona que más influyó en la historia de la humanidad fue alguien que no escribió nada, ni recorrió el mundo, ni buscó ningún tipo de influencias importantes.
Nuestra adicción al éxito se convierte en un absoluto en nuestra vida que nos impide ver todo lo demás.
Todos queremos tener más posesiones, mientras pasamos nuestra vida como espectadores inútiles dentro del cuerpo más activo que existe en la humanidad: el cuerpo de Cristo, la iglesia.
cuando te sientas demasiado orgulloso de lo que haces, y muy pagado de ti mismo, recuerdes que en la vida nadie, nunca, triunfa sólo.
Dios es quien nos mueve; no obstante, debemos reflexionar sobre dónde seremos más fructíferos para la obra y dónde estaremos mejor reguardados en Dios para su honra y su gloria.
La forma contemporánea de "justificación por obras" es "la justificación por logros". La idolatría más sutil para la iglesia de nuestro tiempo es la "exitolatría"
Al llegar arriba nos damos cuenta que no hay nada. «Siéntate en el suelo [...] pues ya no hay trono».
Los modelos de ‘prosperidad’, ‘Visión’ G12 y G8 (y otros), no reconocen el daño que su ‘éxito’ causa a los creyentes de muchas iglesias. ¿Cómo era el culto cristiano en los primeros siglos?
He descubierto, a través de los años, que el sentido del éxito para Dios es muy diferente al nuestro.
Tener sentido en la vida significa vivir disfrutando cada momento, siendo como uno es, quizás en muchas ocasiones siendo una persona de lo más normal.
Nuestra victoria no es que lo malo desparezca, sino que absolutamente todo (incluso lo malo), Dios lo permite para nuestro bien.
Por mucho que el ser humano evolucione su corazón sigue sin poder cambiar por sí mismo.
El éxito del siervo de Dios no reside en el resultado, sino en obedecer íntegramente las palabras de Dios.
Cuando dejamos que la envidia llegue a nuestro corazón, estamos perdidos. Somos incapaces de disfrutar con nada ni de ir a ningún lugar o hacer algo que merezca la pena.
Nuestro objetivo principal en la vida, si no es amar a Dios y amar a la gente, se convierte en nuestro dios, un ídolo que controla y distorsiona nuestra vida.
Hoy es el día de seguir haciendo nuestro trabajo con entusiasmo. Lo que hacemos cada día es lo que merece la pena, lo sencillo.
Qué habría sido de mí si hubiese recibido cuanto he anhelado? ¿Sabría apreciarlo? ¿Gozaría en su totalidad del valor de tus respuestas?
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