El mal de la naturaleza sigue siendo malo pero es menos malo y más comprensible desde la teodicea de Jesús.

El bien hace bien al que lo practica; el mal hace mal al que lo cultiva. Se trata de una regla universal e intemporal.

Las torturas en nombre de Dios se practicaron durante siglos con la aprobación de los Papas de turno.

Dios ama a los animales, y se preocupa cuando nosotros somos crueles con ellos.

“Abril es el mes más cruel / engendrando lilas de la tierra muerta, mezclando / memoria y deseo, removiendo / turbias raíces con lluvia de primavera”, dicen los primeros versos de La tierra baldía (1922) de T. S. Eliot. Una nueva traducción de Jaime Tello (editada por Visor) la llama ahora estéril, para acentuar ese sentido de ruina y agotamiento. Una obra fragmentada, que refleja el vacío vital de este poeta, Premio Nobel en 1948, justo antes de su conversión al cris

La vida es dura pero la crueldad como tal es un concepto humano que no existe entre los animales. Así se expresa Jesús Hernández, veterinario y director técnico de zoología de Parques Reunidos y autor del libro Fauna S.A. (RBA).

Tío Gilito, Cruella de Vil y Pecos Bill dejan el vicio. El primer ejecutivo del grupo Disney, Robert A. Iger, ha prometido en una carta dirigida al congresista demócrata Edward Markey, que no habrá más escenas con tabaco en las futuras películas familiares de la compañía y que se intentarán evitar en las de sus productoras Touchstone y Miramax dirigidas a adultos.

La primera vez que leí este versículo en la carta de Pablo a los filipenses me sacudió fuertemente en el corazón. Las palabras del apóstol fueron para mí la panacea con la cual desvanecer toda la amalgama de tristes recuerdos que me visitaban haciéndome recordar los errores cometidos tiempo atrás.