El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Algunos comentaristas de la Biblia han querido ver contradicciones en el libro de Dios, sin tener en cuenta la forma de hablar en aquellos lejanos tiempos, conforme a las apariencias sensibles. La manera vulgar de hablar se basaba en lo que externamente aparecía a los sentidos, y no pretendía afirmar más que eso.
La película de Sabatino comienza con el título de “una historia bíblica”, no porque cuente la vida de un personaje de la Escritura, sino porque en su protagonista reconoce la sabiduría y necedad de muchos caracteres bíblicos.
Este icono de la postguerra está sufriendo ahora una fuerte revisión crítica, por la que parece que se equivocó en casi todo.
La cruz, como auténtico y efectivo símbolo de esperanza, está ahí, esperándonos siempre.
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