El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Acaso esas islas no están repletas de turistas alemanes? Sólo lamento una cosa (y mucho), no poder ir allí en familia… Un nuevo relato de Alain Auderset.
Cuando el tiempo devocional es la prioridad, centrarnos en Dios pone las cosas en la perspectiva correcta.
Es precisamente cuando nos sentimos tensos por las exigencias de la vida que se hace más importante un tiempo de reenfoque espiritual.
Ha regresado a su país; en este momento allí hay revueltas; los soldados disparan balas reales por las calles… Hace poco le ha escrito a mi hijo: "Dile a tu padre que ore por mí… y que, cuando vuelva a Suiza, me gustaría saber más acerca de su Dios…"
Al día siguiente por la mañana, como de costumbre, planeo ir al bosque, pero ese retorcido camino hace lo que le place y por su culpa me encuentro de frente con el edificio en cuestión.
En mi tren de vuelta mi sitio favorito era sin duda alguna entre dos vagones porque, como era inconfortable y ruidoso, estaba yo solo y podía orar a mis anchas en voz alta e incluso a grito pelado si me lo pedía el corazón…
No hay duda, Jesús es el campeón de los pilotos. Cuando me conduce así, yo prefiero cerrar los ojos para orar mejor... y me fío en Él.
Suelo cruzarme con muchos (ex) cristianos apagados. Su falta de sed les ha despojado de la riqueza que poseían en su interior… si yo perdiera el hilo con Jesús, me sucedería lo mismo…
Ya es la tercera vez que meto mi cara dentro de una telaraña… ¿Pero qué pasa en este bosque? Okey, es verdad, ayer no he venido a mi camino de oración. Pero ¿cómo han podido tejer esas chupasangre todo eso en tan poco tiempo?
Gran recepción, mesas reservadas, música brasileña, bailarines recién salidos de una revista de culturismo agitándose a nuestro alrededor y 400 invitados distinguidos ¡guau! Me quedo con la boca abierta.
Es por la mañana, durante mi paseo por el bosque aviso a dos paseantes que tienen la desgracia de venir en sentido opuesto: ¡Tengan cuidado! He descargado un montón de residuos por el camino! ¡Sobre todo no metan dentro sus pies!.
Mi corazón se ilumina cuando reconozco a mi hijo pequeño… Sin que necesite decirme nada, ya he leído en su rostro que algo va mal.
Esta noche (tipo medianoche), me paseo charlando al mismo tiempo con el Señor, cuando de repente, en una calle sombría, distingo una forma oscura justo en medio del camino. Me acerco y, para mi gran asombro, encuentro un hombre rondando los sesenta tendido en el suelo.
Se alejan las vacaciones, pero llega la hora de poner en práctica lo aprendido. Belén, Laura y Andrés nos cuentan sus expectativas.
Un verano más, miles de jóvenes han disfrutado de sus vacaciones; muchos asistiendo a campamentos en los que además de disfrutar reciben ánimo para vivir la fe en el día a día.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.