El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Mientras en la película los pobres son un instrumento para la satisfacción de los más acomodados, el mensaje del Evangelio nos recuerda que la verdadera caridad no busca ser vista ni aplaudida.
Los pelícanos han sido objeto de una profunda simbología espiritual ya que se les ha relacionado con el amor materno, la solidaridad y la caridad cristiana.
No me gustan los que separan la verdad de la caridad. No me gustan los que quieren que les acompañes en su cruzada por defender la verdad machacando sin contemplaciones al oponente. Que no cuenten conmigo para eso.
Dice Ángel Fernández-Santos que es “uno de los filmes más originales y profundos que se han hecho sobre el vacío, la frustración y la inexpresividad que reposa bajo la incontinente verborrea” española.
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