El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Es Dios mismo y no una criatura a quien debemos agradecer y de quien podemos esperar todo lo bueno.
La Biblia es muy clara al señalar que la única roca sobre la que se pueden asentar los creyentes es Dios.
Al final de los tiempos, se llamará a la gente escrita en el Libro de la vida.
La tentación, la maldad, la hipocresía, la corrupción, la inseguridad, el temor pueden asediarnos, pero de ellos sólo nos librará Jesús.
El himno invita a la gente a convertirse y acudir a Dios. Jesús llama a todos y lo hace de una manera dulce y amorosa.
Un poema de José Jiménez Lozano, tomado del libro Las hijas del canto, de Stuart Park. (Selecciona Isabel Pavón)
La canción es una invitación a despertar para todos aquellos que ahora mismo están espiritualmente dormidos.
Necesitamos volver a lo importante. Recordar lo que merece la pena: hay que pararse y buscar los caminos que nos dan la vida y volver a andar en ellos.
Lo que resulta atractivamente hermoso en Jesús es su persona, su conducta y sus enseñanzas.
Debemos recordar que Dios está esperando a que acudamos a El para ayudarnos.
Los que creen que la salvación deriva de los propios méritos o de las propias obras no pueden entender ni lejanamente el amor de Dios.
Si alguien desea conocer a Dios, el Padre, existe un camino – el único – que es Su Hijo.
El himno reflexiona de manera conmovedora en el coste de la redención.
Hasta lo peor de nuestras vidas puede resultar beneficioso y útil si sabemos ver que El tiene todo en Sus manos.
Resulta provechoso para el espíritu y para las intenciones considerar la brevedad de la vida terrena.
Les animo a escuchar buena música compuesta para honrar a Dios.
El mesías nació hace más de dos mil años y cuando se es consciente de lo que eso significa dan ganas de subirse a una altura y gritarlo a los cuatro vientos.
El salmista se pregunta de dónde vendrá su socorro y responde que éste viene del Creador.
Fijar los ojos en Jesús es una guía de conducta y también un camino a la esperanza porque él es “el Camino, la Verdad y la Vida”
Aquellos que hayan sido aceptados por fe el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz estarán para siempre con Dios.
Jesús nos invitó a seguirlo aunque eso implicara dejar todo y llevar la cruz.
Dios puede trazar y traza caminos donde no los hay.
La Biblia enseña que es Dios quien nos acepta a nosotros, no nosotros a Él.
Esta canción recoge hermosamente el llamado a aceptar a ese Mesías que ya ha venido.
Independientemente de lo que puedan hacer los demás, sabemos que podemos volvernos hacia Dios y decirle: Señor, toma mi mano.
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