El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
De todas las posibles soluciones que se barajaron la más viable, según los medios de que disponían, era que un soldado se adentrase en el monte y arriesgase su vida.
El reino de los cielos es semejante al Tribunal Internacional que quiso hacer cuentas con las naciones.
Creyó que Isaac habría hecho alguna de las suyas. Ya comenzaba a manifestar las primeras travesuras pero nunca había encontrado en ese estado de excitación a su mujer.
El propio presidente Obama se ofreció como evangelista y se desplazó hasta la selva con su Air Force One.
"Me he dicho 'voy a pedir hora a mi médico'. Pero claro, yo no me había planteado que tenía que venir con algún mal. Creo que mi mal es venir aquí, por decirlo de algún modo".
"Se acabó la policía, los jueces, las cárceles, los correccionales, la educación moral, las leyes… todo ello se ha vuelto innecesario. ¿Por qué?". Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Entonces vino un adolescente y le dijo: maestro bueno, ¿qué bien haré para ser considerado adulto? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios.
El corderito más feliz del redil era Gregario. Pastaba durante el día bajo la atenta mirada de su pastor que se desvivía tanto por él como por todo el rebaño. Eso sí, lo que llevaba peor era tener que encerrarse bajo llave cada noche en aquel pesebre tan angosto.
"Oye, ¿te has enterado que van a producir unos psicotrópicos que dejan el aliento de quienes los consumen con olor a ajo?".
Se ha destacado mucho el impacto de Thomas Merton y Teilhard de Chardin en el estilo expresivo de Cardenal, pero lo cierto es que desde una época muy temprana se anunciaba lo que vendría a cristalizar en el Cántico cósmico.
El Cántico cósmico expone muy bien la gran obsesión estético-literaria que se fue transformando en la conciencia de Cardenal para llevarlo hacia ese gran poema extenso (cerca de 600 páginas) que concentraría todas las influencias, hallazgos e intuiciones de su dilatada trayectoria literaria iniciada en los lejanos años 40.
Parecía que, por fin, ateos y creyentes iban a hacer un esfuerzo por entenderse. Se programó un encuentro mundial en que cada una de las partes iba a ceder en todo menos en lo que considerasen verdaderamente fundamental. De los parlamentos de ambos extraemos un resumen.
Vida en el amor se trata del libro más gozoso, más compasivo y más armónico del poeta, en el que salta a la vista el júbilo del místico reciente que ha descubierto que ese amor avasallante es el centro ontológico del universo.
Érase una vez una tribu del África en la que los varones se dedicaban por entero a la guerra. Como resultado de ello la población mermó cuantiosamente y las mujeres debían ocuparse de las tareas de cultivo y crianza de animales, además de cuidar hijos, ancianos y enfermos...
Érase una vez un mundo donde vivían separados hombres buenos y hombres malos. Los buenos se ayudaban entre sí según los principios del amor y la solidaridad, no les faltaba comida, abrigo, vivienda, educación ni medicina. El motor social funcionaba lubricado a la perfección por los buenos deseos de unos con otros. Cosa que no sucedía en la comunidad de malos.
Dos vocaciones bien distintas marcadas prematuramente. A Álvaro le bastó la exclamación de su padre “¡vete a cultivar champiñones!” para dedicarse a ello de por vida. Mientras que su hermano Jarco tuvo claro que sería misionero...
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.