El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
— Pero ¿en qué hemos estado perdiendo el tiempo hasta hoy?
Queriendo evitar el descrédito, ella les advirtió que sobre todo no hablaran.
Los discípulos del Señor Jesús ya habían asumido la realidad de cierto “inconsciente” en su relación con el Maestro.
― Todos me decían que lo hiciera, pero nadie se enfrentó a mi dragón como tú lo has hecho. He comprendido que tú me amas a diferencia de ellos.
―Dime… ¿de dónde vengo y a dónde voy? ― ¿Qué te pasa? Duérmete y mañana ya estarás mejor.
― ¿No ves la relación? A través de él catalicé la negatividad del ambiente.
Serenándose y tratando de asimilar aquel chaparrón, le vino a la mente un dicho de su tía abuela: “¡Qué bien habla el sano con el enfermo!”
— Yo no sé nada, ¿o acaso voy a saber más que Sócrates? —dijo Fulanito.
― ¡Padre!, ¿qué me está pasando?
Parece que ha estado sometido al subidón de la fase maníaca y al bajón depresivo de un mal bipolar.
El que quiere ser amado lo pide todo, y el que quiere amar lo da todo.
Se vio muy pequeño y diminuto, tanto que le fue posible heredar holgadamente el reino de los cielos.
Pensó que argumentaban con la intención de lanzarle algún mensaje.
Parecer se veía tan parecido a Ser, que vivía peligrosamente confiado.
Un nuevo relato de Antonio Cárdenas.
Un nuevo relato de Antonio Cárdenas.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
¿Cómo no iba a sentarle bien el salmo 91 a Benita? ¿Acaso no es Palabra de Dios?
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Un relato de Antonio Cárdenas.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
No fue el príncipe que se dirigió a la cueva del dragón, sino la curiosidad de esta bestia inmunda la que le condujo al escondite del joven,
¡Qué suerte para ellos conocer con antelación aquellas desviaciones de las que si no fuesen advertidos caerían como aves insensatas!
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