El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
El humor del amor que se esfuma.
Un nuevo relato de Antonio Cárdenas.
La iglesia debería ser la organización que más trabajara, que más se esforzara, luchara, denunciara y evangelizara en favor de la puesta en marcha de los valores del Reino.
Este es el momento de dejar muchas cosas a un lado y ocupar nuestra vida con aquellos a quienes amamos.
Hay ciertas líneas rojas que nuestro compromiso cristiano, evangélico, no nos debería permitir cruzar.
— ¿Quieres que visitemos el estanque de las 101 ranas?
La tentación, la maldad, la hipocresía, la corrupción, la inseguridad, el temor pueden asediarnos, pero de ellos sólo nos librará Jesús.
Si hay algo más importante que sanar, hacer milagros, profetizar, discernir, hablar en lenguas o interpretarlas es vivir en amor, vivir para el amor, vivir amando.
Hay que tener mucho cuidado para que muchos valores de una sociedad injusta, los valores en contracultura con la Biblia, no se metan por las grietas y resquicios de los muros de nuestras iglesias.
En las novelas de Kundera el rostro del amor aparece en todas partes, no hay libro en el que no se descubra su retrato.
Desde Chile, el autor envía un texto de gratitud, luego de atravesar unas difíciles semanas debido a la salud de uno de sus hijos.
Necesitamos dedicar tiempo a los que no lo comprenden todo, a los que dudan, a los que están sufriendo. Si nuestro Pastor salió a buscar a una oveja que se perdió, nosotros también debemos hacerlo.
Un nuevo cuento de Antonio Cárdenas.
Los que creen que la salvación deriva de los propios méritos o de las propias obras no pueden entender ni lejanamente el amor de Dios.
Los cristianos no siempre comprendemos y practicamos el amor de Dios. Vivir como Dios desea vivamos empieza por obedecer la autoridad de Jesucristo y la Palabra, dentro y fuera de las iglesias.
Nadie hubiera esperado que una nación reducida a servidumbre pudiera reconquistar siquiera su nombre.
Dios hecho hombre viene al mundo a nacer del modo mas humilde que pueda existir, nacido para morir, para morir por nosotros y lograr así nuestra salvación.
Él es el que debe tener el lugar principal en nuestra mesa.
El cielo irrumpía en la tierra, el hijo de Dios se presentaba físicamente, y empezaba la historia definitiva para cada uno de nosotros.
Parar en medio de la rutina para considerar y aprender a contar nuestros días, lo que se ve y también aquello que no es perceptible a nuestros ojos para adquirir sabiduría.
Texto que Alencart dedica a todos aquellos creyentes en el mensaje del Amado galileo. “Absténganse fariseos y demás ‘parricidas’ ataviados de epidérmica pureza”, señala el autor.
Lo que muchos creyentes en muchas iglesias realizan, aunque bíblico, está hecho por la inercia, por la costumbre, por la religiosidad, por compromiso.
Quizás dedicamos muy poco tiempo para analizar el impacto liberador que tiene nuestro mensaje.
Dios puede trazar y traza caminos donde no los hay.
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