El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La Navidad nos anima a fortalecernos. Sí, a nosotros los débiles de la tierra. A eso también nos reta el tiempo navideño.
Cinco versiones en diferentes idiomas del poema Un Dios nace (2011), de Leopoldo de Cervantes-Ortiz.
Abrirle la puerta a Jesús conlleva hacerlo con un fuerte sentido de misión.
Un poema de Gloria Fuertes. (Selecciona Isabel Pavón)
El panorama podría ser un poco desolador, triste, injusto y con sensaciones de abandono y exclusión de muchos. Quizás por eso es bueno pensar en el tiempo prenavideño, tiempo que puede cambiar nuestras sensaciones, nuestras sensibilidades, nuestras solidaridades.
El proyecto redentor de Dios alcanza en Jesús la plenitud y, por ende, la comunidad de los redimidos en Cristo recibe un nuevo corazón.
Aguzad vuestra vista, preparaos también para la escucha. Que las falsas luces y los negros sonidos navideños de una sociedad injusta y, en gran parte, de espaldas a Dios, no nos haga perder esa gran luz auténtica y maravillosa que se acerca.
El reloj prenavideño es signo de esperanza para los humillados y vencidos. El mismo Dios viene a salvarlos, a salvarnos.
Con la globalización y el imperante espíritu laico, las fiestas han perdido su sentido original.
La misión cristiana se hace a la manera de Jesús o es otra cosa si no sigue tal modelo.
A pesar de tantas oscuridades y lugares sombríos y fantasmales, la luz puede llegar, una luz que espante todo tipo de tinieblas.
Vivir con un corazón predispuesto a hacer la voluntad de Dios es vivir una cierta incertidumbre, con expectativas y circunstancias nuevas. Al mismo tiempo, Dios cuida de nosotros
Nos quedamos boquiabiertos, azorados, porque el prodigio de la encarnación es la ratificación de que Dios actúa de formas insospechadas para los criterios humanos.
¿Tenemos miedo, tiene miedo el hombre de hoy a que el resplandor del Señor irrumpa en sus vidas?
En Adviento, frente a la expectativa de celebrar al infinito que se hizo uno de nosotros, ofrezcamos el corazón fatigado y endurecido.
La entrañable misericordia de Dios nos invita a enderezar nuestros torcidos caminos y así colaborar en su proyecto de construir una nueva humanidad.
El cántico de María nos interpela para que nos acordemos de los pobres y de los hambrientos, mientras que clama contra los ricos acumuladores.
En este primer Domingo de Adviento nos preparamos para celebrar con júbilo el arribo de la luz.
Yo fui a casa de Silvia para abrazarla y consolarla, fue ella quien me abrazó a mí y me dio palabras de seguridad en la tormenta...
Mirad la Corona de Adviento. Os indicará que el Señor se acerca para habilitaros como agentes del reino, agentes de liberación como debe ser todo discípulo del Señor.
Estamos en Adviento, en los preludios de la Navidad, y Dios se acerca.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.