El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Por qué hemos de morir? Es porque tenemos el problema que la Biblia llama el pecado. Sólo un Hombre perfecto nos puede librar de ella. Dios se hizo hombre “para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte”.
El ojo inexorable de Ibsen percibe la duplicidad de la naturaleza humana.
Pensaba en la muerte como liberación de sus trastornos psíquicos, como el encuentro definitivo con su propia derrota.
Nosotros, cristianos evangélicos, lloramos con todos los que han sufrido y llamamos a los cristianos de todo el mundo a recordarles especialmente en sus oraciones.
¡Qué oportuna nos ha venido su inesperada muerte y posterior sepelio!
Uno de los más grandes privilegios que Dios nos otorga a sus hijos es su Espíritu Santo. No hay otro “espíritu guía” para el cristiano.
La historia habla de él como un valiente guerrero. La fama posterior del Comendador Escrivá se debe a uno de sus poemas sobre la muerte.
La relación de la vida y la muerte toma su significación de lo que se piense que hay después. Una persona vive de acuerdo con una serie de creencias, basándose en ellas es que piensa y actúa.
Es extraña la angustia de la muerte. Es agudo su dolor. Pero, sobre todo, la muerte es suspiro. Una dolorosa coma, pero una coma.
Estoy más que segura que la mano de mi Señor estará al otro lado para llevarme a la otra orilla por siempre y sentir su abrazo precioso por toda la eternidad.
Hay algo sospechoso en la conciencia del ser humano que permite pensar en que se trata de “alguna cosa más que física y química del cerebro”.
La muerte no solo nos enfrenta a la vanidad de la vida, sino también a su carácter efímero y breve.
Premio Nobel de la Paz en 1984 y activista contra el apartheid, el clérigo aseguraba que “no podría haber sobrevivido si no me hubiera apoyado en mis disciplinas espirituales”.
Es únicamente por causa de la victoria de Cristo sobre Satanás que nosotros ahora podemos perder el miedo a la muerte.
El Consejo Asesor para la Diversidad Religiosa de la Generalitat presenta su sexto documento, que analiza la atención funeraria en el territorio catalán.
Si rechazamos a Dios, podemos ser lo que queramos, pero siempre viviremos sabiendo que un día vamos a morir y ahí se acaba todo.
El Grupo de Trabajo de Bioética ha publicado un documento con el objetivo de “clarificar algunos de los aspectos más controvertidos de la ley”.
Lo decisivo de todo esto es que se produzca en el hombre un vuelco del corazón a Dios.
El debate sobre la eutanasia en España ha puesto el enfoque en la controversia sobre cómo morir, pero parece haber olvidado el valor de la vida en su etapa final. “Nos conviene cerrar nuestra vida correctamente. Así se muere bien”, dice Rosa Suárez, médico especialista en cuidados paliativos.
Una concentración convocada para el 27 de marzo pedirá justicia por el joven que murió el 8 de septiembre de 2019. Por Marta Vergara.
Todavía quedan 27 estados donde se pueden promulgar sentencias de muerte. “Esperamos que Virginia tenga un efecto dominó en sus vecinos”, dicen desde el grupo Conservadores Preocupados por la Pena de Muerte.
Estamos en una sociedad que mientras llora las muertes de ancianos en residencias por la pandemia favorece su final (y el de personas jóvenes) de forma reglada y sistematizada.
Es en momentos así donde se juega la fe cristiana el todo por el todo. Y, entonces, hay que preguntarse ¿Vale la pena creer en Dios?
La prensa nacional apunta a una disputa entre facciones de la propia comunidad como motivo del ataque.
No esperes a la muerte de otro para resaltar sus muchas cualidades: díselo cuando todavía puede oírte.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.