El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¿Qué estamos haciendo como iglesia y seguidores de Jesús? ¿qué aportamos? ¿nos preocupa realmente?
Asun Quintana, presidenta de la Plataforma Seneca Falls y del Grupo de trabajo Mujer y Sociedad de la Alianza Evangélica Española, introduce un taller formativo que se desarrollará próximamente relacionado con cómo abordar la violencia contra la mujer desde una perspectiva pastoral, judicial y psicológica.
Personajes como él nos sitúan ante una confusión de proporciones cósmicas, que muchas veces nos aterra afrontar y tratamos de resolverla con simpleza.
Nuestra sociedad vive muchas veces bajo el mito de la violencia redentora. Nuestros ídolos no solo pueden hacer lo que quieren, sino que, además, imponen “justicia” tal como quieren.
El 22 de agosto, es un día de reconocimiento de personas que han sufrido violencia por causa de su fe o creencia. Sólo en el ámbito cristiano, hemos contabilizado 289.000 personas durante 2022.
Las manifestaciones comenzaron por las exigencias de reformas por parte de la comunidad indígena, en una economía golpeada por la inflación y el desempleo.
Además, el 93% de los clérigos ha derivado al menos a una víctima de malos tratos a agencias de servicios de apoyo.
Nuestra tarea misionera como cristianos y líderes cívicos debe incluir una misión a lo militar. Donde se pasa por alto esta necesidad, los crímenes de guerra continuarán.
El campo de misión urgente y preferente que son los centros de las grandes ciudades debería de ser una de las prioridades de la misión de la iglesia.
El desarme es uno de los mayores imperativos éticos en el mundo hoy, frente a la muerte de niños, mujeres y ancianos desvalidos e inocentes.
Versión resumida del poema de Helena Villar Janeiro, tomado del libro No resignación, publicado por Tiberíades. (Selecciona Isabel Pavón)
Vivimos en un mundo ficticio en el que el héroe o la heroína son capaces de establecer la justicia por medio de la violencia.
El ejército vuelve a tomar el control del poder en el país, solo dos años después del derrocamiento del autócrata Omar al Bashir.
Una manifestación acaba con siete muertos, y el país vuelve a plantearse preguntas que aluden a su conflicto pasado.
El padre de Mari Luz pasó una noche detenido tras ser acusado de agresión por una mujer en Sevilla.
La entidad valenciana estará físicamente al lado de cualquier mujer que acuda pidiendo ayuda, haya puesto o no denuncia. “Somos cristianas y seguimos el ejemplo de Jesús”, dicen las impulsoras.
El pastor Jeremías es uno de tantos cristianos que pone su vida en peligro cada día para vivir su fe en Jesús en este lugar hostil.
Como cristianos no podemos permanecer impasibles ante esta violencia contra la mujer que se dispara en Afganistán por los talibanes.
Lo aprendido y vivenciado en la comunidad eclesial de la que formamos parte indudablemente contribuye a nuestra formación como personas de fe. Un artículo de Analía Saracco.
La violencia callejera y el pillaje se han intensificado en los últimos días, tras la detención del expresidente Zuma. Al menos han muerto 212 personas y más de 2.500 han sido detenidas.
Las organizaciones evangélicas en el territorio alertan sobre el aumento de “secuestros y robos” en un país donde el 75% de la población se encuentra por debajo del umbral de pobreza.
“Esta es una situación muy triste para nosotros. La escuela es un ministerio educativo de mi iglesia”, ha explicado el presidente regional de la Asociación de Cristianos de Nigeria, Joseph Hayab.
El silencio de los hombres es cómplice. No existe la neutralidad: es tomar posición a favor del abusador.
“El silencio del hombre es cómplice. La neutralidad es estar a favor del abusador”, expuso Marcos Zapata en el encuentro de la Alianza Evangélica y la Plataforma Seneca Falls.
La limitación de la libertad religiosa afecta a todas las áreas de la vida. Es un intento de asfixiar a quien cree en una fe no permitida de tal forma que no le quede más opción que rendirse o marcharse.
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