El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Lo singular de él creo que es la insistencia en mantener “la diferencia entre gracia y religión”, la convicción evangélica de que “sólo la gracia produce una transformación por el Espíritu de Dios”.
Lo que Keller intentó hacer en la iglesia del Redentor de Nueva York es lo que Conn buscaba: una iglesia que predique sistemáticamente el Evangelio en la gran ciudad, por medio de la exposición bíblica y el anuncio de justicia para el pobre, unido a obras de misericordia.
Cuando Keller es hecho profesor de Westminster en 1984, el seminario acababa de tener otra grande crisis en torno al entendimiento de la justificación.
Mucho de lo que parece original en Keller, él se apresuraba a decir que venía de Clowney, como el sermón de la parábola que inspira El Dios pródigo (2008).
Cuando Keller habla de la cultura no se refiere solo a la creatividad o al arte, sino “las prácticas, actitudes, valores y creencias compartidas, basadas en la comprensión común de las grandes cuestiones de la vida”.
Keller no se dejaba llevar por las etiquetas. Así que con criterio propio, buscaba en las Escrituras, si estaba de acuerdo o no con lo que se le enseñaba.
Muchos se preguntan dónde está el secreto de un matrimonio de por vida, como el de los Keller. La respuesta está en su libro, el mejor que conozco sobre el matrimonio en lengua castellana.
Entender que el Evangelio es para creyentes y no creyentes revolucionó el pensamiento y la vida de Keller.
Keller descubre que sin la obra renovadora del Espíritu Santo no hay más que moralismo o la “gracia barata” de la que hablaba Bonhoeffer.
El 21 de abril de 1970 Tim apareció en la habitación de su compañero de Universidad para decir que se arrepentía de su pecado y creía en Jesús.
Keller comentaba las cosas que leía, veía o escuchaba, pero no se sentía cómodo con los elogios y las preguntas personales. Era realmente humilde.
Su mensaje no puede ser más claro: solo por el evangelio podemos empezar a ser cristianos. ¡Y seguir siéndolo!
Tim Keller y Harry Reeder han ministrado y han sido de ayuda a varias generaciones. Dios los ha llamado a su presencia. Oremos que Dios siga levantando nuevos predicadores como ellos.
Era un hombre lleno de gracia. Le costaba vivir en el actual escenario de la sociedad americana, tan polarizado en el norte y el sur, pero también en un mundillo evangélico cada vez más politizado.
El predicador de Manhattan se ganó una audiencia mundial con su predicación expositiva, orientada a la vida y centrada en Cristo. Su comunicación era culturalmente abierta, dialogante y contemporánea.
“Estoy preparado para ver a Jesús”, había dicho el influyente pastor y autor estadounidense después de que su estado de salud se agravase en los últimos días.
La cruz y la resurrección juntas —y solo juntas— nos dan la forma básica o patrón por el que los cristianos “viven a la luz de la nueva creación”.
Cuando el verdadero Dios, no el dios falso de Jonás, aparece una y otra vez, Jonás se pone furioso o se desespera.
Se someterá a quimioterapia. “Corro esta carrera que tengo por delante con gozo, porque Jesús corrió una carrera infinitamente más difícil, con gozo, para mí” es su mensaje.
Proverbios no es un conjunto de “pasos simples hacia una vida feliz” que se gastan con rapidez. Un proverbio es una manifestación artística poética que infunde sabiduría en ti a medida que trabajas con ella.
Entender la Navidad es entender el cristianismo básico, el Evangelio. Un fragmento del libro “Navidad escondida. La asombrosa verdad detrás del nacimiento de Jesús”, de Tim Keller.
Aunque la mayoría de la sociedad considere ahora de mala educación tratar de convertir a otras personas a tu sistema de creencias, en la universidad esto es esencialmente lo que todos tratan de hacer con determinación con otras personas.
La Biblia empieza a hablar de trabajo tan pronto como comienza a hablar de todo lo demás: así de importante y de básico es. Un fragmento del libro de Tim Keller (2017, Andamio).
Quienes van por la vida sin hacerse preguntas difíciles sobre el por qué de lo que creen, se verán indefensos ante experiencias traumáticas o al enfrentarse al reto de los difíciles interrogantes de los escépticos.
Una de las cosas que más me ayudaron fue la luz que se arroja sobre los difíciles salmos imprecatorios. Reseña de Andrés Birch sobre el nuevo libro de Tim y Kathy Keller.
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