Su esposa por 25 años, Jane Hawking, cuenta en su biografía cómo la fe fue un factor decisivo en su lucha por cuidar a su marido enfermo de ELA.

“El desarrollo de una completa inteligencia artificial podría traducirse en el fin de la raza humana” opina el físico Stephen Hawking.

Pablo de Felipe nos presenta los puntos álgidos del debate científico y teológico en torno a la Creación, a raíz de un curso que se celebrará próximamente en Madrid.

El científico Pablo de Felipe nos presenta la perspectiva actual del debate entre ciencia y fe en el ámbito académico, confrontando a figuras como Richard Dawkins o Stephen Hawking.

Su primera entrevista en 15 años, al hilo de su nueva novela. El escritor ve “la religión organizada” como “una herramienta muy peligrosa”, pero “el mal está en nosotros”.

Una reflexión sobre el ateísmo, Dios y los medios de comunicación.

Una persona puede ser brillante en determinados campos de la actividad humana, pero estar gobernada por un corazón necio.

Con todo nuestro conocimiento humano, la confusión de hoy es mayor que nunca: las imágenes acaban por obnubilar, y los decibelios, por atorar las opiniones.

¿Ves ciencia y fe compatibles?

Dice en una reciente entrevista Hawking que “no hay ningún Dios. Soy ateo”.

“Antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia da una explicación más convincente.”

El astrofísico británico se encuentra en Tenerife, donde impartirá dos conferencias sobre el Big Bang y los agujeros negros.

“Puede suceder en cualquier momento y no se vería venir” aunque “la probabilidad de que ocurra es muy pequeña” dice el científico.

Creo que debemos tomar los comentarios de Hawking con una pizca de sal y pedirle amablemente que deje de meterse en el mundo de la metafísica cuando su verdadero ámbito de trabajo es la ciencia.

Apuesta, para que sobreviva la humanidad, por colonizar la Luna en 50 años y en 2100 Marte.

Stephen King ha sabido siempre conectar con el miedo y la culpa que hay debajo de nuestra existencia cotidiana. Esta es una novela sobre la memoria, el amor, la pérdida, la libertad y la necesidad.

El fin del mundo es una eventualidad tan real que un grupo de científicos reconocidos (como Stephen Hawking) han decidido estudiar cómo prevenir la destrucción de la vida en el planeta Tierra.

A continuación damos espacio al escrito que daba cuenta de las atroces muertes de Stephens e Islas.

No es posible “encontrar la democracia” en una sociedad donde “la conciencia personal y la fe no está permitida”, dice el primer ministro Stephen Harper.

Baldwin reveló que cineastas y productores de Hollywood lo marginan por sus convicciones y la promoción de su fe cristiana.

El libro de Stephen Meyer ha constituido un auténtico evento en el seno de la comunidad científica internacional.

“La existencia de Dios para crear el Universo es redundante”. Este es el adelanto del nuevo libro de Hawking y la tajante afirmación con la que nos encontrábamos hace unos días gracias a algunas filtraciones del que promete ser, sin duda, uno de los grandes superventas de los próximos meses. Que a Hawking Dios le sobra no es, sin embargo, ninguna novedad para muchos de nosotros. La única diferencia es que, hasta ahora, nunca lo había dicho tan claro.

La próxima aparición de un nuevo libro del astrofísico Stephen Hawking, en el cual descarta a Dios como creador del Universo, ha reavivado la polémica entre ciencia y religión. Algunos científicos de prestigio no solo se declaran creyentes, sino que consideran que hacerlo es casi un acto de rebeldía ante lo políticamente correcto en ciencia (ser ateo). Para otros, en cambio, ser un investigador de primera fila es simplemente incompatible con creer en Dios.

El físico teórico Stephen Hawking cree que la humanidad se habrá extinguido antes de que concluya este milenio a menos de que colonice el espacio, según declaraciones que recoge el portal de internet Big Think.

Stephen Green es una especie rara en la City. No sólo porque el banco que preside, HSBC, es una de las entidades británicas más solventes (algo ya de por si poco usual en estos tiempos); sino porque a su oficio de banquero une su condición de ministro de la iglesia anglicana.