El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Existe “otro” movimiento feminista mesurado, reivindicativo de las legítimas aspiraciones en una sociedad democrática. Es el movimiento de Jesús para la mujer emancipada por el manual de vida del Reino de Dios.
Cada matrimonio es un “huerto cerrado” (Cant.4,12), único, una auténtica creación única, desarrollando un equilibrio único en cada aspecto de la vida conyugal.
Un estudio de los relatos de la Creación, la palabra cabeza (kephale) y el texto de Efesios 5: 18-33.
Dada su relevancia, merece la pena una aproximación detenida a esta cuestión.
Hay un feminismo que debemos visibilizar como cristianos y que NO es “guerra de sexos”.
Jesús es nuestro referente: revolucionó la sociedad en su trato a la mujer. Fueron sus amigas, discípulas, y colaboradoras. Las amó, cuidó y enseñó, devolviéndoles el lugar y dignidad que Dios le dio desde el principio.
El protestantismo está ligado a los movimientos abolicionistas y de igualdad de la mujer.
Fue una de las mujeres más influyentes de su época. Poeta, dramaturga, activista de éxito, defensora de la educación femenina y la abolición de la esclavitud.
Watson, Crick y Wilkins recibían el Premio Nobel por sus estudios sobre el ADN. Ninguno mencionó a Rosalind Franklin en cuyo trabajo se basaron.
Una niña de tan sólo diez años ha abortado en Brasil.
Cuando se habla de muertes de mujeres, sería solo la punta de un iceberg de proporciones gigantescas.
En ninguna manera se trataría de “cuotas” sino de llamado y capacitación divinas para el ministerio pastoral.
Podemos contrastar el “como fue hecho al principio” con cómo fueron las cosas tras la caída, hallando que la mujer siempre ha sido considerada inferior al hombre.
Hombres y mujeres evangélicos conmemoran el Día Internacional de la Mujer en Madrid con arte, reflexión y una conferencia de María José de Castro sobre las raíces protestantes del feminismo original.
Mujeres protestantes fueron promotoras en el siglo XIX de la abolición de la esclavitud y un feminismo bíblico, aunque la deriva posterior se ha alejado de los principios de aquellas mujeres.
La arriesgada transgresión de una heroica cristiana egipcia recuerda al bíblico caso de las hijas de Zelofehad.
Un texto bíblico tergiversado con mucha frecuencia: Génesis 3:17.
Al leer las sentencias de Dios sobre las consecuencias del pecado hemos de verlas como consecuencias y no mandamientos para ser guardados.
Muchos teólogos concluyen que el hombre es líder de la mujer desde “el principio de la creación”, antes incluso de que ella fuera formada.
“No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Gén.1.18)
El significado de María está muy relacionado con el de Myriam, y quiere referirse a “la elegida de Dios”.
No se ha prestado debida atención al orden y énfasis del texto en Génesis: tras declarar “creó Dios al hombre a su imagen”, inmediatamente dice: “varón y hembra los creó.”
Me irrita profundamente cuando en una supuesta lucha por la igualdad, hablar de maternidad resulta ofensivo para ciertos sectores del feminismo.
No es la maternidad el foco de la opresión, sino el hecho de que se usara como elemento de coacción y presión.
“La violencia que sufre la mujer por razón de género no es solo en la pareja, sino en todos los ámbitos sociales”, explicó la fiscal Teresa Peramato.
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