El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los libros proféticos (XVI): Jeremias (VII): el cumplimiento del mensaje de las profecías (c. 33-45).
Como Jeremías yo también estoy dispuesta, mas la victoria es tuya.
Libros proféticos (XV): Jeremías (VI): los ataques y el cansancio del profeta (c.12-32).
Los libros proféticos (XIV): Jeremias (V) y su mensaje: los pecados del pueblo de Judá (c. 2-11)
Uno de los mensajes proféticos sería éste: ¿Cómo puedes dar culto a Dios mientras oprimes a tus trabajadores?
Los libros proféticos (XIII): Jeremías (IV): capítulo 1, Dios llama a Jeremías como profeta.
Los libros proféticos (XII): Jeremías y su contexto social, histórico y político (III): hasta la tercera deportación a Babilonia.
Los libros proféticos (XIX): Jeremías (I): el contexto histórico, social y espiritual.
Los libros proféticos (XIV): Isaías (IX): El mensaje (VI): c. 56-66: la verdadera espiritualidad.
Los libros proféticos (X): Isaías (V): El mensaje (II): c. 2-12.
Los libros proféticos (VI) | Isaías (I) | En relevancia teológica, sólo Moisés con la Torah y David a través de los salmos pueden rivalizar con él.
Los libros proféticos (III): Leído a casi tres mil años de distancia, Amós nos sigue impresionando.
Los libros proféticos (II): Profetas mayores y menores.La apariencia era excelente, pero Dios lo veía de manera distinta y eso comunicó con sus acciones y palabras Oseas.
Estudiando la Biblia: Los libros proféticos (I).
Martyn Lloyd-Jones nos da ocho pautas para reconocer a los falsos profetas.
“La aceptación de Jesús por los musulmanes -dice un teólogo del islam- es un artículo de fe fundamental en el Islam y un musulmán jamás pensará de Jesús en términos degradantes”.
El Islam considera a Mahoma como el profeta más importante, superior a los demás.
No habría que interpretar el análisis y la acción sociopolítica de los cristianos como una intrusión, sino como parte de la vivencia de su fe y denuncia profética que se les ha encomendado.
Los libros históricos (VI): II Reyes
Si Dios hablaba a través de sus profetas, ¿es, quizás, que también llora a través de ellos?
Hasta Pentecostés, Dios daba el don del Espíritu a ciertas personas específicas, nunca a todo el pueblo. Era individual. Pero desde Pentecostés es corporativo.
Los profetas no eran futurólogos, mucho menos adivinos ni pitonisas. No eran profetas porque vaticinaban el futuro sino porque entendían el presente a la luz de la voluntad de Dios
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