El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
A veces lo que es correcto se niega, se oculta, se combate y se persigue, mientras que a lo que no lo es se le da la bienvenida, se afirma, se acepta y se abraza por una gran mayoría.
Javier Milei usó el púlpito para soltar arengas políticas envueltas en pretendidos conocimientos bíblicos.
Milei atacó a la izquierda, el concepto de justicia social y afirmó defender la cultura judeocristiana en un discurso en la iglesia Puerta del Cielo en Chaco. Hubo “afirmaciones totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio”, dicen sus críticos.
Hay muchos mandatarios políticos, que se rodean de personas religiosas. Eso les da cancha, eso les da votos, con eso buscan que den credibilidad a sus desmanes y errores políticos.
Los cristianos, fundamentalmente los pastores y líderes, tienen el deber de elevar su mirada buscando lo justo y lo honesto, pero superando las perspectivas de los partidos políticos que todos se mueven en busca del poder.
Más que un Pepito grillo en el Parlamento, necesitamos una voz que exprese un discurso diferente y ofrezca alternativas reales para el aquí y ahora y también para el más allá.
En un amplio comunicado, la AEE reflexiona sobre la corrupción política desde una perspectiva bíblica, reclama mayor integridad en las instituciones y llama a la ciudadanía a no ceder al escepticismo.
El entendido no es el perfecto, pues si lo fuera no necesitaría ser reprendido, sino el que reconoce su necesidad. Por contra, el necio, por más castigo que reciba, no aprenderá, porque no está dispuesto a aceptar que haya nada de lo cual tenga que avergonzarse.
Ámsterdam se convirtió en refugio para judíos que huían de la persecución ibérica, anabaptistas, luteranos y los que no eran bienvenidos en gran parte de Europa.
El evangelio no es un sistema más o uno entre otros, sino la única solución que suple todo lo que necesitamos.
¿Cómo denunciar el mal de otros cuando no somos capaces de denunciar el nuestro propio; y además, en muchos casos lo justificamos?
No estamos locos, no somos ilusos, sabemos en lo que creemos y no nos importa si estamos en minoría o no, si tenemos poder o no: seremos fieles a nuestras convicciones hasta el fin.
El nacionalismo cristiano está mucho más preocupado por preservar su propia “tribu” y la identidad nacional que por compartir el Evangelio con los demás.
Quiero ahora resaltar cómo su vida y su trabajo impactaron en quienes decidimos asumir nuestra responsabilidad social y política afirmados en la Palabra.
Con el fin de llevar a lugares de influencia el Evangelio, se ha creado una coordinadora nacional, que junto con una visión renovada fue presentada a sus miembros.
El presidente de EEUU necesita de verdad a Cristo más allá de su simulacro religioso de conveniencia política.
El juicio de Cristo expone las artimañas del poder estatal como ningún otro: la distorsión de la verdad, el uso del miedo y el espectáculo y la explotación de la población.
La “política de contrarios” no une, sino que divide y enfrenta. El evangelio derriba todo tipo de barreras culturales, raciales o políticas. Un artículo de Manuel López Franco.
El co-secretario de la Alianza Evangélica Suiza, Andi Bachmann-Roth, afirma que siguen “con preocupación” el nacionalismo cristiano en Estados Unidos, mientras ven crecer movimientos similares en Europa.
Animamos constantemente a todos los cristianos, más allá de las denominaciones, a orar y ayunar por nuestra nación. Un artículo de Tudor Petan desde Rumanía.
Puede que sea el fin de una era, como lo fue para Agustín cuando cayó Roma; o para la generación de la guerra que soportó el terror del nacionalismo alemán, pero aún no es el fin.
El siglo IV comenzó con un periodo de tolerancia hacia el cristianismo, pero pronto fue eclipsado por una intensa represión. Sin embargo, concluyó con un Imperio cristianizado. ¿Cómo se desarrolló este proceso?
La asociación Tearfund, la Alianza Evangélica y otras organizaciones británicas rechazan lo que califican de decisión “cruel” e “imprudente”.
En la conferencia de la ARC, se escucharon fragmentos de “una historia mejor”. Pero lo que necesitamos no es una historia blanca, angloamericana, conservadora, capitalista y nacionalista cristiana que intente volver a la “Cristiandad”.
El Consejo Evangélico anuncia que procurará reunirse con representantes políticos y del Gobierno regional y nacional ante la falta de “avances significativos”.
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