El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El tipo de escritos propios del libro de Deuteronomio eran comunes en una época más antigua por todo el Cercano Oriente.
Todas estas menciones bíblicas prematuras son fácilmente explicables desde la cantidad de copistas que han tenido las Escrituras.
Tanto los judíos como los cristianos han considerado a Moisés como el autor inspirado que había escritos estos primeros cinco libros de la Biblia.
A la doctrina de la inspiración no le afecta que el Pentateuco pudiese haber sido un extenso núcleo originario de Moisés transmitido durante generaciones siendo editado y cerrado siglos después.
En la crítica a la autoría del Pentateuco de Moisés hay mucha subjetividad y un acercamiento al texto que ignora los usos y costumbres de la época.
La autoría mosaica sale fortalecida al examinar los usos lingüísticos y los detalles geográficos del texto.
El Pentateuco es el escrito de un profeta que según el testimonio del Nuevo Testamento habla lo que Dios le revela.
¿Se equivocó Jesucristo al afirmar que la Ley era de Moisés?
Los humanistas han reescrito la historia para restarle importancia a la Biblia en el pensamiento y la cultura occidental.
El código mosaico ofrece un enfoque innovador del pensamiento, un enfoque que nadie había visto hasta ese momento.
El cuarto libro nos muestra a un Dios activo y presente, pero a un pueblo de Israel que no confiaba en Él.
El Pentateuco, en esa tradición literaria, afirma que la revelación divina es salvadora, dialogal, universal, comunitaria, familiar, personal, histórica y escatológica. Un fragmento de "Pentateuco. Interpretación eficaz hoy", de Samuel Pagán (2016, Clie).
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