El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los textos gnósticos vienen a confirmar el papel relevante que la santa de Magdala llegó a ocupar entre el grupo de discípulos que seguían a Cristo.
La calumnia es un asesinato moral. Según Shakespeare la calumnia vive hereditariamente y se establece a perpetuidad. Fray Pedro Malón de Echaide es heredero de aquella curia vaticana y anduvo en sus mismos pasos.
¿Habremos olvidado las obras de la fe?
Desde el origen de la humanidad, los hombres han interpretado los acontecimientos caprichosamente, según sus gustos y su pensamiento. Esto ha dado lugar a la función de los mitos.
El libro del erudito francés se centra mayormente en las leyendas surgidas en torno a la muerte de Magdalena y los lugares que reclaman su cuerpo.
A propósito del VIII Congreso Evangélico Español: una reflexión en voz alta. Quizás ya va siendo hora de que busquemos de nuevo nuestras raíces y tratemos de ser “movimiento de Jesús” que leuda la masa de nuestro mundo.
Para Bruckberger, Magdalena era María de Betania, y también esta María era la misma de la que habla Lucas.
María Luisa Luca de Tena y Brunet dedica un largo artículo biográfico a la primera persona que vio a Jesús resucitado: María de Magdala.
Muchas veces no necesitan ser gritadas o publicadas en los medios de comunicación para transformar o revolucionar la vida de muchas personas.
“Mary Magdalene” se divide en tres actos. Los personajes principales son el tribuno romano Lucius Verus, el filósofo Annceus Silanus, Appius y Coelius.
Régis Burnet traspasa la frontera de lo ético y llega a la blasfemia. Juega con dos términos que pocas veces coinciden, proximidad y sexualidad. Si todas las personas que mantienen una relación de proximidad con otras derivaran en prácticas sexuales, la sociedad sería un caos.
La Magdalena, muerta hace unos dos mil años, ¿dónde está? ¿En el cielo? En todo caso, en espíritu. Un espíritu, ¿puede alargar la mano a un ser mortal y entregarle “unos rollos pergaminos”?
Las invenciones e imaginaciones hasta resplandor tienen, sin ser soles ni estrellas. La imaginación de un escritor tiene el don de persuadir al lector de que lo que lee es ciencia pura, sin atender a los gritos contrarios de la razón.
Entre Dan Brown con su “Código Da Vinci” y Juan Arias con su “María Magdalena” transcurren dos años, pero el cura apóstata da la razón al novelista inventor de fábulas.
La influencia de la palabra como elemento concienciador de la sociedad, de los hombres y de los que están bajo el yugo de los valores antibíblicos, es inmensa.
A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones.
Cuando surge un tema que capta al público, los editores se vuelcan en la producción de obras que especulen sobre el mismo entramado. Es su negocio. Y hay un empecinamiento literario en casar a Jesús con María Magdalena.
La Biblia es, indudablemente, un libro religioso. Pero también puede ser considerado como una obra literaria. Como en literatura, la Biblia contiene multitud de géneros.
Conforme avanzamos en el tiempo, especialmente en nuestro siglo mecanizado y tecnificado, angustiado por la falta de oportunidades laborales, surgen nuevas causas de stress.
Criados como musulmanes sunníes por el líder de una mezquita, vivieron el Islam con intensidad antes de su conversión a la fe de Jesucristo.
Todos sufrimos, pero las palabras de los amigos alivian. Sin embargo, no hay cosa más dificultosa que hallar palabras proporcionadas a un gran dolor. Los amigos de Job, más que consoladores se muestran en ocasiones acusadores.
Es capital preguntarse si la fe en un Dios vivo debe incluirse entre las costumbres llamadas a desaparecer, como parecen anunciar algunos teólogos que repiten, decenios después de Nietzsche, que Dios ha muerto. O bien si nuestra fe aguantará con firmeza los embates de la incredulidad en este siglo XXI.
Para Ismael, su hijo, el libro es "una pequeña parte de su historia como fotógrafo, periodista, escritor y ciudadano. Una muestra que cuenta la historia que este fotógrafo tenía en la cabeza".
Los libros de memoria, como este de Diego Teruel, constituyen un legado maravilloso, el don de resucitar el pasado, el único paraíso de donde no podemos ser desterrados porque es nuestro, permanece vivo en las fibras del corazón, entre los laberintos de la mente.
“Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos”. Prov. 16: 24.
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