El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Podemos tener esperanza bajo toda circunstancia adversa, siempre y cuando cumplamos los requisitos para tener dicha esperanza que ni la muerte puede apagar.
Recuerda que tienes que estar en Cristo, no meramente en su “club”.
El deseo de ser excelentes, de no defraudar, puede fácilmente degenerar en una autoexigencia tóxica. Reflexionamos sobre cómo el descanso no es un lujo, sino una necesidad espiritual, emocional y empresarial.
¿Nos hemos preocupado mucho más del hacer y del tener que del ser, del propio ser que necesita descanso, reflexión y sosiego?
Si el Señor y Salvador Jesucristo te ha transformado, puedes cantar un cántico nuevo.
Los que conocen al Señor y Salvador Jesucristo tienen esperanza de una vida tras la muerte que no se puede comparar siquiera con la actual.
Los débiles son quienes podrán decir: fuerte soy. ¿Cómo es posible?
Podemos pasarnos la vida entera buscando la felicidad en el lugar equivocado.
Solo Cristo puede abrir la puerta de la celda.
El calor que sentimos estos días es un juego de niños comparado con el tema al que voy a hacer alusión.
Se trata de la redacción de diez conferencias impartidas por siete autores en el CEMTA (Centro Evangélico Mennonita de Teología Asunción).
En vez de dejar que tus pensamientos te lleven a considerar cosas negativas, dirígete al Salvador y cuanto antes mejor.
Quienes rechazan al Salvador, lo hacen con todas las consecuencias.
Dios está mucho más cerca de ti de lo que te imaginas.
En el partido de nuestra vida, sabemos que hemos merecido muchas tarjetas rojas.
El pecado puede resultar tentador al principio, pero acaba ocasionando repulsa al darnos cuenta de lo que ocasiona.
El temor de Dios que resulta en bendición requiere conocerle personalmente.
La Biblia proporciona numerosas advertencias a los cristianos nominales.
Una reflexión sobre el sentido del descanso desde el punto de vista del Creador.
No caigamos inconscientemente en el “fariseísmo” moderno.
Lo que salva es Cristo, no la religión, sea del color que sea.
¿Qué sabe la física del siglo XXI sobre el principio y el fin del universo?
La pena capital romana ("romanorum supplicio") por la que Jesús fue "ejecutado" fue de hecho la crucifixión, del latín "crucifixio".
Hablamos con líderes evangélicos de Suecia, Francia, Portugal y España. Las iglesias deben “leer los tiempos”, comprometerse con una pacificación real y hacer oraciones “lúcidas, no abstractas”.
Si sientes la batalla de Romanos 7, no se trata de una señal de que no seas salvo, sino de todo lo contrario.
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