El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Cuando el filósofo francés Voltaire dijo que toda la grandeza de este mundo no vale lo que un buen amigo se estaba refiriendo a Pedro Villa.
Una de las críticas de esta obra señaló que “el drama de don Miguel es hondo y amargo”. “Tratarlo como él lo ha tratado acusa valentía y rectitud de conciencia”.
Se supone que la madre de Pablo murió relativamente joven. La Biblia nada dice. La de Rufo, además de criar a sus dos hijos en el Señor, prestó un gran servicio a la Iglesia primitiva cuidando a Pablo.
Escribió Unamuno que “cada día renacemos enterrando al de la víspera”. “¡Cuántos hemos sido!”.
Trifena y Trifosa, están en las páginas de la Biblia para enseñar a las cristianas solteras el gran bien que pueden hacer dedicando su vida al Señor.
Unamuno plantea en esta obra uno de los temas que le son conocidos y queridos: la inmortalidad.
No sabemos en qué consistía la discrepancia de estas dos mujeres. Debió tener cierta resonancia cuando el apóstol da dos nombres propios, algo poco frecuente en él.
Unamuno tenía un sumo interés en la representación teatral de esta obra.
El cristianismo conoció en épocas muy tempranas la institución de las diaconisas.
Unamuno escribe desde una situación en la que el hombre está siempre entre líneas.
Ella fue una fiel adoradora de Dios que llegó a exponer su vida por Pablo.
Desde que nos invadió el coronavirus en marzo hemos estado recibiendo noticias contradictorias sobre las relaciones de parejas.
Fueron corazones femeninos los terrenos fructíferos escogidos por Dios para sembrar la semilla del Evangelio en Europa.
Es una pieza extraña en el teatro de Unamuno, pero no peca de torpe ni de indolente.
Su fe las llevó a transmitir a Timoteo el amor por las Escrituras, la práctica de la verdad y el temor de Dios.
Siempre la muerte en la obra de Unamuno. Para él, en la vida no caben paños calientes. Dios, la fe, la razón, el más allá, la muerte.
Como mujer virtuosa, cristiana consagrada, empresaria de éxito y entregada a los pobres y necesitados, debe ser ejemplo para las mujeres cristianas de todos los países.
El tema de La Esfinge es el conflicto interior, espiritual, del protagonista, Ángel.
Ananías y Safira decidieron vender sus bienes y entregar el precio de la venta a los apóstoles, aunque engañándoles en la cuantía.
La raíz carece de hojas pero absorbe las materias necesarias para el crecimiento y desarrollo, lo que ocurre con nosotros cuando estamos bien arraigados con nuestros principios en Cristo.
Jesús no se pronuncia directamente en torno a la vida contemplativa sobre la activa; la enseñanza es que los trabajos materiales no impiden atender la doctrina del reino de los cielos.
Puigvert debe haber investigado mucho y asimilado procesos históricos y teológicos que le sirvieron para desentrañar los entresijos doctrinales de los cátaros.
Cuando Cristo nos llama por nuestro nombre, ¿qué nos detiene para acudir a Él?
En la dedicación al teatro Unamuno puso lo mejor de su saber. Creía que el teatro necesitaba ser regenerado.
La principal instigadora de la muerte de Juan el baustista, la mujer sin corazón, fue Herodías. La joven Salomé se lleva la medalla al vicio, a la crueldad y la obediencia a una mala madre.
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