El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
De los auténticos seguidores de Jesús, nunca se podrá decir que, estando abiertos a la luz de Dios y arrobados por ello, queden cegados ante lo humano.
Unamuno, ya doctorado en Letras, fue profesor de lengua latina, luego estaba suficientemente capacitado para la tarea que le llevó a actualizar el drama griego.
En casa de María los primeros convertidos se reunían para partir el pan (Hechos 2:46 y 20:8).
El salmo 8 muestra una línea en su pregunta/respuesta, que marca la consideración que se puede tener del hombre en todos los aspectos humanos.
“Unamuno y Don Juan frente a frente, hechos los dos, figuras del teatro, lucha cada uno para apoderarse del otro”.
Dios no hace acepción de personas. Coloca en su Palabra a una humilde criada que ni siquiera pertenecía a la raza judía, tan protegida por Él.
El cristianismo no puede ser olor a cirio y sacristía, sino olor grato del amor sincero y servicial al prójimo.
Unamuno siempre demostró especial debilidad o interés por la historia bíblica de Caín y Abel. Los dos hermanos están presentes en muchos de sus libros.
Pedro tiene calambre en la sangre, azogue en el cuerpo, el corazón rebosante de amor y la mente siempre alerta a nuevas ideas.
Los escritores evangélicos son púlpitos, plataformas de comunicación de conceptos que, en muchos casos, pueden ser liberadores.
Un poema de Juan Carlos Martín Cobano, con influencia de Miguel Hernández, tomado del libro Tiempo de cruzar el umbral, publicado por Tiberíades Ediciones. (Selecciona Isabel Pavón)
En una crítica de la época se puede leer: “Otro conflicto de personalidad, la lucha del hombre con el personaje, en que éste acaba por matar a aquél”.
Juan Carlos Escobar, presidente de FADE, explica la situación respecto al Congreso Mundial que se iba a celebrar en España, y las expectativas espirituales para este 2021.
Cuando el filósofo francés Voltaire dijo que toda la grandeza de este mundo no vale lo que un buen amigo se estaba refiriendo a Pedro Villa.
Hay esperanza, hay luz al final del oscuro túnel de muchos de los acontecimientos históricos.
Una de las críticas de esta obra señaló que “el drama de don Miguel es hondo y amargo”. “Tratarlo como él lo ha tratado acusa valentía y rectitud de conciencia”.
Se supone que la madre de Pablo murió relativamente joven. La Biblia nada dice. La de Rufo, además de criar a sus dos hijos en el Señor, prestó un gran servicio a la Iglesia primitiva cuidando a Pablo.
No entraremos en pánico, no tendremos el corazón encogido. El mensaje de la Navidad nos empodera para que seamos manos tendidas de ayuda a aquellos que nos necesitan.
“Venga tu reino” debería ser nuestra petición prioritaria y, si ello fuera posible, que sucediera en nuestra propia generación, como deseaba el apóstol Pablo.
En la Navidad hay un problema muy difícil de explicar: si Dios es eterno e inmutable, y por eso no puede cambiar, ¿cómo pudo Dios nacer?
Escribió Unamuno que “cada día renacemos enterrando al de la víspera”. “¡Cuántos hemos sido!”.
Trifena y Trifosa, están en las páginas de la Biblia para enseñar a las cristianas solteras el gran bien que pueden hacer dedicando su vida al Señor.
Han pasado ya veinte siglos desde que nació el Maestro y aún no hay lugar en los mesones de la vida.
Unamuno plantea en esta obra uno de los temas que le son conocidos y queridos: la inmortalidad.
No sabemos en qué consistía la discrepancia de estas dos mujeres. Debió tener cierta resonancia cuando el apóstol da dos nombres propios, algo poco frecuente en él.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.