El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Lo mejor de su obra es la conexión tan fuerte que establece entre Cristo y el Espíritu. No podemos separar uno del otro.
Profundo poema-confesión de un autor religado a Cristo y a su ciudad amada: Salamanca.
Empecé a repartir folletos en el horario que tenía para salir de paseo por causa de la pandemia.
Packer comprendió que no hay tarea más fundamental para la teología que definir en qué consiste la inspiración y autoridad de la Escritura.
Para él la teología no era un nombre, sino un verbo. La definía como la actividad de preguntar y responder a la realidad de Dios como se ha revelado en la Escritura.
Packer acabó siendo “culpable por asociación”, para ambos lados. Para unos era un fundamentalista, para otros demasiado abierto.
Detrás del escenario humano, se percibe claramente la presencia de Dios. Yahweh estaba con José, guiando todas las etapas y circunstancias de su vida, como el Padre lo estuvo también con Jesús.
Para Packer, la clave de toda paradoja es que hay que mantener los dos por igual, sin hacer ninguna concesión al respecto.
Al Dios de la Biblia y a sus seguidores siempre se les percibe como competencia y amenaza. Y la sospecha tiene fundamento: no se puede servir a dos señores.
El Año del Jubileo nos desafía a pensar lo impensable: un duro reajuste de la economía con la condonación de las deudas acumuladas durante la crisis. Por David McIlroy.
La Biblia muestra la locura de confiar en nuestro entendimiento. ¿De dónde creemos que salen todos esos cristianos ufanos de su santidad que juzgan a otros creyentes, poniendo en duda incluso su salvación?
Existen “astrónomos de la gracia” que son capaces de teorizar mucho sobre la gracia de Dios, pero solo la observan desde lejos.
La redención conseguida y cumplida de Jesucristo y el poder de su nombre es suficiente para que Satanás y sus demonios huyan.
Si Packer se refiere tanto a la santidad, no es porque viera simplemente falta de ella, sino porque creía que había un concepto equivocado de santidad.
A los creyentes nos conviene saber con quién nos enfrentamos y qué es lo que hace.
Como Packer solía decir, su conversión “no fue nada espectacular”. Al final del mensaje, el predicador le mostró que para entrar en la fiesta había que venir a Cristo.
Al diablo le gustan los extremos: le agrada igual la exageración de su poder como la negación de su misma existencia.
No captar la importancia de la Caída, como Schaeffer, es caer en los dos principales errores que tiene el cristianismo contemporáneo.
Entrevista con el catedrático de Filosofía y ‘Premio Unamuno, amigo de los protestantes’ José Luis Villacañas sobre su último trabajo publicado: Neoliberalismo como teología política.
El académico José Luis Villacañas plantea una crítica de nuestro modelo económico en su último libro.
¿Por qué se llevó a cabo la rebelión en el cielo? Tenemos que buscar un poco para encontrar respuestas en la Biblia.
Lo que más lamentaba de su juventud era el celo inmisericorde con el que defendió “la sana doctrina”.
Fue intervenido ayer por cirugía laparoscópica en uno de los grandes centros hospitalarios de la sanidad pública madrileña.
La historia humana no se explica bien sin la realidad de las fuerzas malignas y su comandante en jefe.
A diferencia de los actuales debates de apologética como espectáculo, o las actitudes batalladoras de tantos creyentes en las redes sociales, Schaeffer no entendía que se podía dar testimonio de la fe sin interesarse por las personas.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.