El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El cristiano que confunde sus prioridades y lealtades al final convierte su vida en un desastre.
Fue el intento evangélico de apropiarse de este movimiento en un festival que reunió a 85.000 jóvenes en Dallas en junio de 1972. Godstock lo empezaron a llamar en un juego de palabras entre Dios y Woodstock.
La resurrección de Jesús es el anuncio de algo más que la vida después de la muerte: es una vida mejor, sin lágrimas, dolor ni tragedia. Es la buena noticia del cristianismo.
Quiso ser un pájaro de espíritu aventurero, pero parte de su cuerpo y de su mente no la ayudan a escapar tras sus sueños.
El 17 de abril del 72 llega David Berg con María al aeropuerto de Heathrow, donde se presenta como un hombre de negocios que viene a vivir en Londres con su hija. Había empezado la Batalla de Inglaterra.
Nos preguntamos por el final de la historia de Jesús en este evangelio, meditando también en el final de nuestra historia.
La democracia no puede darse por sentada. La vigilancia es esencial para resistir al interés propio desenfrenado y promover la dignidad humana de todos y los derechos humanos para todos.
Esta idea de Larry, de la “Iglesia en el corazón”, se convierte en uno de los principales problemas de la Revolución por Jesús.
25 de noviembre, Día Internacional contra el maltrato a las mujeres.
En Países Bajos siguen analizando la sorprendente victoria del ultraderechista Partido de la Libertad en las últimas elecciones. Para Berend Coster, la hoja de ruta pasa por un gran pacto a tres bandas.
La victoria del Partido de la Libertad conmociona el escenario europeo. Mientras los partidos cristianos tradicionales han perdido votos, “no es ningún secreto que algunos creyentes apoyan a Wilders”, afirma el periodista Evert Van Vlastuin.
Bajo un ropaje fantástico, Lewis está mostrando lo que la fe cristiana siempre ha enseñado: que con Dios nunca hay lugar para la desesperación.
Retomamos la serie sobre la Revolución por Jesús allá donde la dejamos, a principios de los años 70 en Estados Unidos.
La muerte de Jesús nos presenta un relato singular. En el Getsemaní, el evangelio revela las emociones intensas que pasó Jesús en las horas que quedaban hacia la cruz.
No hay camino a la recuperación, a controlar los comportamientos adictivos sin pasar por la verdad y encontrar un lugar donde decir la verdad, sin tapujos ni excusas.
En la Biblia vemos una unidad inseparable entre el conocimiento y la práctica.
El hombre puede conquistar la luna, pero no su corazón. La más grande aventura de la vida no es viajar al espacio, sino confiar en el Dios vivo, que se revela en unas montañas aún más trascendentes que las de la luna.
Una de las grandes tragedias de la religión a lo largo de la historia es ver que se ha buscado en la fuerza y violencia una solución. Meditaremos sobre lo que significa la espada, en el relato de Marcos cuando Jesús es capturado.
Lo singular de él creo que es la insistencia en mantener “la diferencia entre gracia y religión”, la convicción evangélica de que “sólo la gracia produce una transformación por el Espíritu de Dios”.
En toda celebración hay sentimientos encontrados. Así ocurría en los últimos días de aquella Pascua, a la que Jesús se dirigía con un propósito.
Hermann Hesse (1877-1962) escribió un breve cuento titulado El viaje a Oriente (1959).
Ha hecho falta que venga alguien como Delibes a recordar a los españoles en estos tiempos, que aquello que llaman ortodoxia no es a veces más que herejía.
Algunas reflexiones personales sobre esa relación tan peculiar, como la que une a hijos y padres, a raíz de algunas referencias a ello en la gran pantalla.
Tememos que todo lo que nos rodea pueda desaparecer cualquier día y sucumbir, desintegrándose. Pero Jesús nos dice que no ocurrirá sin que haya unas señales antes.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.