El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Jesús es bueno, cumple con su misión. Se entrega generosamente por los suyos. No es un pastor asalariado que trabaja para el dueño del rebaño. No abusa. Sí reparte ternura y amor, conoce a cada oveja en lo más íntimo.
Jesús aconseja hacerse tesoros en el cielo, pues allí ni la polilla ni el orín pueden destruirlos.
Hemos de acabar cuanto antes con la duda bloqueante, este asesino invisible de nuestra fe.
Sobre el gesto de los hombres que matan a Jesús se eleva la acción final y decisiva de un Dios que resucita.
El Cristo solo, abandonado, despreciado y angustiado es, en un sentido muy real, la prueba de la solidaridad de Dios en el sufrimiento.
Las principales evidencias bíblicas de la resurrección de Jesús demuestran la falsedad de todas las teorías naturalistas inventadas por los escépticos a lo largo de la historia.
Joaquín quiere dar a conocer su saber, y no pierde ocasión para atribuirlo a la Gracia de su Señor.
Todos precisamos del Señor, no con supercherías o como si fuese un talismán de la buena suerte, sino con verdadera fe en su persona.
Todo reside en el hecho de un Dios crucificado, que Aquel que recibió el castigo reservado para los peores criminales, la crucifixión, sea Dios mismo.
Es imposible demostrar la ascensión de Cristo arqueológicamente, y los lugares que se han presentado se basan más en la tradición cristiana, pero como cristianos, por fe tenemos la promesa de que Jesucristo volverá un día.
El seguimiento de Jesús supone enfrentar peligros y amenazas desconcertantes pero, a la vez, se nos invita a desterrar el miedo paralizante.
En el seguimiento aparece implicado un modo alternativo de entender la existencia que descentra y desinstala la vida situándola en estado de misión.
Éramos la moneda que, en el polvo de algún oscuro rincón, caída, pisoteada se ve, sin valor… perdida. Éramos el hijo que cae en la miseria más triste.
Pienso en ese primer abrazo que recibí de Jesús, cuando venía de la nada, cuando estaba herida. Y Él lavó y curó mis heridas.
El discurso del Papa socava el “escándalo” cristiano según el cual Jesucristo es el único camino hacia el Padre (Juan 14:6) y, al mismo tiempo, los discípulos de Cristo están llamados a vivir en paz con todos (Romanos 12:8).
El anuncio del acontecimiento más relevante e importante de la historia de la humanidad, se relaciona con los débiles y humildes de la tierra, dejando a un lado a los poderosos. ¡Hay esperanza para los pobres de la tierra! ¡Ha resucitado!
Del modelo político de Jesús conversamos, en esta tercera parte de la entrevista, con el secretario general de la Conferencia Mundial Menonita, César García.
Fue allí, en el monte Calvario, donde la misma muerte del crucificado venció a la muerte, algo que se haría realidad profunda en la Resurrección.
Jesús no disfrazó la realidad, y menos estando al borde de la muerte.
No podemos afirmar con certeza absoluta el lugar de sepultura de Jesús. Pero lo importante es recordar que, según nuestra fe cristiana, Jesús venció a la muerte y ya no está en ninguna tumba.
Esta larga narración da fe de cómo Dios asumió y purgó el sufrimiento humano en toda su realidad en la persona de su Hijo.
Poema del poeta peruano-salmantino, albergado en su libro ‘Barro del Paraíso’ (Ars Poética, Oviedo, 2019).
Desde aquel Getsemaní, en las horas más angustiosas, sintió la soledad humana, el desconsuelo, el miedo. Esos momentos teñidos de ausencia los vivió a solas con el Padre.
Un estudio de Marcos 1:21-28; Lucas 4:33.
Fuerte debe ser la convicción y el compromiso. Los gobernantes y los soldados se burlaban, ése era el ejemplo que daban; y el ejemplo arrasa para bien o para mal.
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