El escritor despierta en nuestro degradado espíritu sed de la bondad y la gloria que hay en el León de Judá.

Para Tolkien como para Lewis, los cuentos de hadas son, además de un magnífico entretenimiento, un vehículo ideal para transmitir los grandes temas de las Escrituras: Creación, Caída, Redención y Consumación.

Uno de los misterios de Tolkien es cómo un católico tan proselitista como él, se pudo resistir a la tentación de hacer de su obra una alegoría más clara de su fe.

Su exaltación de la nobleza, la integridad, la confianza y la fidelidad siguen hablando a un mundo desesperado. 

Entrevista a José de Segovia de Daniel Oval: C.S. Lewis, autor de las Crónicas de Narnia  fue el primer lector de "El Hobbit" a principios de los años treinta. Tolkien le había dejado el manuscrito ¿Qué relación había entre el autor de Crónicas de Narnia y Tolkien? ¿Cómo veía Lewis esta obra?