El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El colportor MacGarva estableció su residencia en Puerto de la Luz, lugar de tránsito de marineros y las consecuentes oportunidades para extender el Evangelio.
En los últimos tiempos, ha sido declarado como Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento a favor del “Cementerio Inglés de Las Palmas de Gran Canaria”.
La actividad de los misioneros Carder, James L. Carder y su esposa Helen Rosala Brown, llegados a Tenerife en 1935, marcó un punto de inflexión en la evangelización que se hacía por las casas.
En el año 1948-49 llegado de Cuba, el pastor Emiliano Acosta Pacheco, funda en la Orotava una congregación sin denominación concreta.
La construcción de una iglesia anglicana en Puerto de la Cruz data de 1890 con las nuevas libertades concedidas a otros credos religiosos.
De la misma manera que en Galicia, la afluencia de barcos que comerciaban con las Islas, dejaban cargamentos de Biblias y Tratados en español en los puertos.
A partir de 1868 sería la afluencia de misioneros extranjeros la que impulsó e hizo arraigar el protestantismo en España.
La actividad evangelizadora protestante en Canarias no ha cesado desde la Reforma, aunque haya momentos más oscuros como las reconversiones de protestantes al catolicismo.
El autobús preparado por la Misión Cristiana Moderna para servir de forma itinerante será inaugurado a mediados de octubre.
Por cuarto año consecutivo pastores evangélicos de Canarias se reunieron con autoridades. Entre los asistentes estuvo Fernando Clavijo, presidente de Canarias.
La “guagua” proveerá servicios de ducha, peluquería y otros para personas sin hogar.
Unas mil personas participaron en el festival organizado por Misión Cristiana Moderna. Asistieron autoridades locales y regionales.
Un referente histórico de los evangélicos en Canarias, tanto por su obra como por su memoria, que plasmó en un libro.
A veces nos pedimos perdón mutuamente por cosas sin importancia (no son solo los niños los que se equivocan). A menudo nos reímos a carcajadas.
¿Acaso esas islas no están repletas de turistas alemanes? Sólo lamento una cosa (y mucho), no poder ir allí en familia… Un nuevo relato de Alain Auderset.
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