El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La comunión con Dios supone compañía, porque comparte conmigo el banquete espiritual que ha preparado para mi alimento.
De rodillas, me humillo ante Él y emito mi clamor. Expongo lo que hay en mí; ese pesar que me acobarda, esa angustia que me limita.
¿Por qué le tengo que explicar mis asuntos privados y él no me puede explicar los suyos?
La cuarentena puede darnos tiempo para recuperar lo más importante: nuestra relación con Dios.
- A ese sujeto que te parece ha expuesto tu intimidad, ¿lo saluda la María?
Anhelo hallar en la ternura de tus manos las caricias que han de mermar mi inquietud, el bálsamo preciso para paliar mi dolor.
Señor, decirte hemos que, bajo tu supervisión de este mundo y tu plácet, tu Naturaleza creada, nos obsequia con inmensas posibilidades de hacer nuestra vida aquí mucho más saludable y placentera.
El gobierno chino ha comenzado a desarrollar un sistema de puntuación social que determinará la capacidad de las personas para viajar o acceder a una vivienda, entre otros aspectos.
Dios, que es el único que puede sondarnos hasta los estratos más profundos de nuestras entrañas, si ve nuestra hermosura.
Jesús adoptó lo quebrantado de este mundo e invirtió su propia vida en ello.
Cuando Jesús adoptó lo insignificante, abiertamente expuso la relativa insignificancia de aquellos que buscaban presentarse como grandes.
Vamos varios ejemplos en los que la revelación que Dios hizo de sí mismo a través de Cristo es más maravillosa y sorprendente que lo que cualquiera podría haber esperado.
Cuando Jesús vino presentando una visión de Dios que no encajaba con sus expectativas, estos líderes determinaron que Él no era auténtico.
Al hacerse de carne y hueso como nosotros, Jesús reflejó el rostro y el corazón de Dios.
Como un escultor amoroso y todopoderoso, seguirá cincelando nuestras vidas endurecidas hasta que Jesús pueda ser vislumbrado en nosotros.
Aunque nos ama y nos acepta tal como somos, también ve todo lo que podemos llegar a ser.
La verdad de Dios nos da un punto de apoyo extraordinario al que podemos aferrarnos en la prueba.
El sufrimiento es una plataforma para desplegar el poder de Dios.
La gracia de Dios nos envuelve y nos sostiene, se apodera de nosotros y nos sentimos respaldados.
Dios me sostiene con su poderosa mano derecha mientras camino por la senda de la vida.
Dios sabe cómo librar de la tribulación a los justos.
Dios, quien conoce nuestro “límite de carga”, restringe el peso que nos permite llevar.
En las Escrituras existen al menos seis anclas mentales que brindan estabilidad en medio de la tribulación.
Acercarse a otros para ayudarles puede ser una parte importante del proceso de tu propia curación emocional.
Tenemos mucho que ofrecer a los que sufren, y los demás tienen mucho que ofrecernos a los que tenemos problemas.
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