El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Dios nos ama tal como somos.
La fe de Felipe es un ejemplo de su disposición para la extensión de la obra de Cristo y su evangelio.
Ana llevaba 60 años predicando que el Mesías iba a venir. Los héroes y las heróinas de Dios son capaces de proclamar el mensaje del Señor, y no les importan las circunstancias ni lo que ocurra con sus vidas.
La historia de Caleb, un hombre que puso totalmente su confianza en el poder de Dios, nos deja grandes lecciones.
Booz fue más allá de la bondad, la inteligencia, la sabiduría y el amor a Dios poniendo en práctica todo lo que creía.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Y Caleb dijo: "Son pan comido para nosotros". Aunque él, junto con Josué, confió en Dios en el momento de entrar a la tierra prometida, tuvo que soportar las consecuencias del pecado colectivo de su pueblo, vagando cuarenta años en el desierto.
Una reflexión sobre el encuentro de Jesús con la mujer sirofenicia, que fue una de las primeras voces en reconocerle como Hijo de David.
Simón de Cirene fue testigo de la muerte de Jesús en un encuentro que cambiaría su vida y a toda su familia.
Una reflexión sobre el arrepentimiento y la atención al testimonio de Jesús, basada en la historia del ladrón crucificado.
Una reflexión sobre la historia de Eliseo y Naamán desde su inicio, desde la joven israelita que animó al funcionario sirio a buscar el favor del Dios de Israel.
Una reflexión sobre Juan el Bautista y la manera en la que Dios lo utilizó para cambiar el transcurso de la humanidad.
Urías era el único extranjero del grupo de valientes de David, y sin embargo mostró un honor y una fidelidad inigualables.
El evangelio llegó a Samaria tras un encuentro especial, el de Jesús transformando la vida de una mujer.
José de Arimatea mostró su valor y fidelidad a Jesús en un entorno de abandono.
Baruc nos da ejemplo de que las cosas que parecen secundarias o cotidianas son apreciadas por Dios.
Susana García Flórez
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