El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El mismo éxito lo fue llevando, inexorablemente, al punto de sentirse una persona para la que vivir ya no tenía sentido.
Pensaba en la muerte como liberación de sus trastornos psíquicos, como el encuentro definitivo con su propia derrota.
La muerte era para Hemingway la liberación de la representación del papel que la vida parecía haberle asignado.
El mismo éxito lo fue llevando, inexorablemente, al punto de sentirse una persona para la que vivir ya no tenía sentido.
Y, con los mismos aparejos de siempre pero con una determinación renovada, se hizo a la mar.
La Gran Guerra no sólo acabó con una generación, sino que rompió los sueños de paz y progreso que había traído el optimismo de cambio de siglo.
Fue un gran escritor. Un narrador excepcional. Culto en muchas materias. Conocía la Biblia tan bien como los clásicos rusos, a los que leía continuamente. Pero esa chispa o llama de la fe que transforma al ser humano nunca prendió en su corazón.
Una nueva biografía de Hemingway contrasta el mito de su virilidad con la realidad de su vida íntima.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.