El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Orar y ayudar está en nuestra tónica, que va muchísimo más allá de la ayuda humanitaria; porque entra en juego el poder del gran Dios bendito de nuestras vidas, un Dios que ama, que murió en una cruz para poder salvarnos.
Lo que las guerras matan en las personas es más que solo cuerpos. Las guerras matan a los muertos y a los vivos en vida.
“Necesitamos arrepentirnos por lo que hemos hecho, primero ante Dios y luego ante el pueblo de Ucrania”, escriben los pastores en una carta abierta.
Andrey Tyschchenko es el pastor de una iglesia evangélica en Járkov, una de las ciudades más castigadas por el ataque de Rusia. Ahora se encuentra refugiado en Polonia con su familia.
En Rusia, los cristianos evangélicos piden a Vladimir Putin que busque una negociación para “encontrar una solución pacífica”.
Tanya Pinchuk, una periodista evangélica que vive en Kiev, nos cuenta cómo están viviendo la invasión. La mayor ayuda que pueden recibir, dice, es “orar” y “no guardar silencio” sobre lo que están sufriendo.
Si bien las sanciones apuntan a afectar el bienestar material de Putin, apenas afectan el “fervor espiritual” que impulsa su ambición por la cual parece dispuesto a sacrificar las vidas de sus vecinos rusos y ucranianos.
El desarme es uno de los mayores imperativos éticos en el mundo hoy, frente a la muerte de niños, mujeres y ancianos desvalidos e inocentes.
Mientras el ejército ruso alcanza la capital del país, Kiev, unos 100.000 ucranianos han huido de sus casas, según las primeras estimaciones de ACNUR. De ellos, miles han cruzado la frontera nacional.
Dijo Martin Luther King: “Una guerra mundial solo dejaría un rescoldo bajo la ceniza, testimonio mudo de una especie humana cuyo desvarío le llevó a una muerte prematura”.
“La invasión es injustificada”, expresa la entidad evangélica en una declaración en la que hacen un llamamiento “a orar por quienes sufren” y por “quienes tienen el poder de detener la guerra y una paz duradera”. FEREDE anima a los cristianos a no dejar de orar “para que las acciones militares se detengan de inmediato”.
¿En qué guerra estás luchando actualmente, en la del Señor tu Dios o en la de otros que no tienen nada que ver con el plan de Dios para tu vida?
Sparky empezó a acompañar a su padre a la Iglesia de Dios, los domingos, al decepcionarse con el pastor luterano, que no fue a ver a su madre cuando se estaba muriendo.
Para forjar en el mundo una cultura de paz, es necesario emparentarla con la búsqueda de la justicia. Podríamos afirmar que no hay paz sin justicia.
La presión internacional se suma a los movimientos de Moscú y Kiev para aumentar las posibilidades de un enfrentamiento bélico. Los evangélicos se enfocan en una resolución pacífica y reclaman mediación.
En el marco de la sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Alianza Evangélica Mundial ha llamado a las diferentes partes a “encontrarse en un proceso de negociación”.
El conflicto entre el gobierno federal y los rebeldes de Tigray sigue lejos de resolverse mientras millones de personas son abocadas a niveles urgentes de hambruna.
Una manifestación acaba con siete muertos, y el país vuelve a plantearse preguntas que aluden a su conflicto pasado.
Israel y Hamás han alcanzado un alto el fuego tras aceptar una propuesta de mediación por parte de Egipto. La violencia de los últimos días deja 231 muertos.
En todo el país, dicen desde la Alianza Evangélica Israelí, las iglesias se han reunido “en oración urgente, para que Dios proteja y traiga paz a ambos pueblos”.
Las sanciones contra Siria sirven para congelar la situación hasta que las condiciones para una solución política estén disponibles y sean alcanzables. Mientras tanto, la población siria, incluidos los cristianos, está pagando un precio demasiado alto.
Más de 55.000 niños han muerto en la guerra de Siria. Un informe estima que el coste de la guerra ya supera los 1,2 billones de dólares.
El diablo de la guerra el que iba tras ellos. Toda la población civil de Málaga se vio bombardeada.
Después de seis semanas de conflicto bélico, un acuerdo de paz favorable a Azerbaiyán deja muchas dudas sobre el futuro para población de la región.
“No creo que afecte a la unidad de las iglesias”, asegura un misionero evangélico que ha vivido en el país durante nueve años. El Consejo Evangélico llama a la oración.
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