El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si mi vida tiene sentido sólo cuando los demás aprecian lo que hago, voy a tener problemas.
Trágicamente, la mayoría de los hombres no admite que tiene un problema hasta que ya ha sido atrapado por ello. Pero no tiene por qué ser así: hay salida del pantano de la autodestrucción sexual.
Pocas veces nos paramos a pensar sobre lo que admiramos o lo que nos asombra.
Pocas veces aprovechamos la oportunidad de disfrutar de la vida, de mirar hacia arriba y saber que nuestro Padre en el cielo nos hizo para relacionarnos con Él.
Me encantaba ver jugar a Martina Hingis, y cuando se supo su problema con la droga recordé la frase que Pablo escribió a los gálatas: «Vosotros corríais bien, ¿quién os impidió obedecer a la verdad?»
Hay centenares de satélites diferentes, pero todos tienen algo en común: cuando han perdido la comunicación con la Tierra, tienen marcado el momento de su destrucción.
Jaime Fernández, premio Personalidad del Año 2015 de Adece, habla sobre cristianismo, belleza y arte.
Es necesario que recordemos algunos detalles muy importantes. Los puedes aplicar en cualquier situación de la vida.
Quien quiere ganar a cualquier precio siempre herirá a alguien.
Nuestro tiempo diario con el Señor va a ayudar a aumentar nuestro amor por Él y nos va a capacitar para agradarlo en todo lo que hacemos.
No se trata de ser perfectos, sino de seguir siempre adelante con nuestra mirada en la meta, en el Señor Jesús.
Jesús quiere que le comuniquemos nuestras inquietudes. Él escucha y le preocupan los detalles de nuestra vida.
En cualquier trabajo que estemos haciendo, cualquier arte, o incluso en la competición deportiva en la que estés en este momento, intentar dar el máximo y buscar la excelencia es lo que Dios haría en nuestro lugar.
El tiempo a solas con Dios llevó a Jesús de vuelta al propósito para el cual vino al mundo: a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Cuando nos encontramos en los momentos más difíciles necesitamos confiar en Él, sentir su mano junto a la nuestra y vivir de una manera diferente.
En nuestro tiempo devocional, nos hacemos conscientes una vez más de que somos llamados por el Señor del cielo y de la tierra.
Todos nosotros necesitamos que los años vayan pasando para ir aprendiendo lo que realmente es importante.
Cuando el tiempo devocional es la prioridad, centrarnos en Dios pone las cosas en la perspectiva correcta.
Los que miran hacia el cielo, aprenden a vivir “desesperados” por ver a Dios, por encontrarle, por tener algo nuevo de Él en cada día.
Es precisamente cuando nos sentimos tensos por las exigencias de la vida que se hace más importante un tiempo de reenfoque espiritual.
Evangélicos de toda Europa se reunieron para conectar, compartir proyectos y estudiar la Biblia juntos. Ajith Fernando, Michael Oh y docenas de otros conferenciantes animaron a los participantes a que se unieran a la misión de Dios.
Hoy es el día de seguir haciendo nuestro trabajo con entusiasmo. Lo que hacemos cada día es lo que merece la pena, lo sencillo.
Qué difícil es para muchos cristianos encontrar un tiempo devocional diario.
Jaime Fernández considera que el negocio “suele pasar por encima del deporte”, algo que muchas veces daña a los mismos deportistas.
Nunca llegaremos a la perfección, pero es una batalla que merece la pena, una lucha en la que hay que empeñarse, porque con cada paso que damos conseguimos que la vida sea más parecida a lo que Dios quiere.
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