El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Cuando vivimos en paz resistimos el estrés inducido por nosotros mismos, pero esa paz crece con el estrés que produce Dios.
Tenemos que seguir renovando nuestro compromiso, decidir si queremos luchar, o simplemente ser espectadores.
Yo no sé qué “cara” te ha dado la vida, pero sí sé cual puede ser tu rostro ahora mismo.
Nos hacemos esclavos de expectativas que no se pueden satisfacer, que nos frustran.
Dios trabaja en nosotros cada día de nuestra vida. Déjale que lo haga, ¡es lo mejor que puede ocurrirte!
Dios te llama a volver a formar parte de su historia y a reconectarte con la redención y la restauración que corren a lo largo del drama.
Cuando dejamos que la envidia llegue a nuestro corazón, estamos perdidos. Somos incapaces de disfrutar con nada ni de ir a ningún lugar o hacer algo que merezca la pena.
Al diablo le encanta imitar, porque debido a su orgullo y a su envidia es completamente incapaz de crear algo bueno.
El autocontrol por sí solo no resuelve los problemas fundamentales de esta lucha.
A menudo, detrás de la idolatría de un hombre hay un conflicto basado en la duda de si Dios podrá ofrecerle algo mejor que lo que él puede encontrar en el mundo de la pornografía.
Nadie puede perdonar a otros si no ha aprendido primero a perdonarse a sí mismo.
La sociedad, las mujeres, las relaciones conyugales, y los usuarios individuales sufren consecuencias devastadoras.
Si mi vida tiene sentido sólo cuando los demás aprecian lo que hago, voy a tener problemas.
Trágicamente, la mayoría de los hombres no admite que tiene un problema hasta que ya ha sido atrapado por ello. Pero no tiene por qué ser así: hay salida del pantano de la autodestrucción sexual.
Pocas veces nos paramos a pensar sobre lo que admiramos o lo que nos asombra.
Pocas veces aprovechamos la oportunidad de disfrutar de la vida, de mirar hacia arriba y saber que nuestro Padre en el cielo nos hizo para relacionarnos con Él.
Me encantaba ver jugar a Martina Hingis, y cuando se supo su problema con la droga recordé la frase que Pablo escribió a los gálatas: «Vosotros corríais bien, ¿quién os impidió obedecer a la verdad?»
Hay centenares de satélites diferentes, pero todos tienen algo en común: cuando han perdido la comunicación con la Tierra, tienen marcado el momento de su destrucción.
Jaime Fernández, premio Personalidad del Año 2015 de Adece, habla sobre cristianismo, belleza y arte.
Es necesario que recordemos algunos detalles muy importantes. Los puedes aplicar en cualquier situación de la vida.
Quien quiere ganar a cualquier precio siempre herirá a alguien.
Nuestro tiempo diario con el Señor va a ayudar a aumentar nuestro amor por Él y nos va a capacitar para agradarlo en todo lo que hacemos.
No se trata de ser perfectos, sino de seguir siempre adelante con nuestra mirada en la meta, en el Señor Jesús.
Jesús quiere que le comuniquemos nuestras inquietudes. Él escucha y le preocupan los detalles de nuestra vida.
En cualquier trabajo que estemos haciendo, cualquier arte, o incluso en la competición deportiva en la que estés en este momento, intentar dar el máximo y buscar la excelencia es lo que Dios haría en nuestro lugar.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.