El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Una de las fuentes de ansiedad en nuestra vida son nuestros propios deseos. Deseos de querer tener más.
Jesús pasó muchos años dedicado a su trabajo como carpintero. ¿Hay algo que podamos aprender de ello?
Para poder orar con confianza, hemos de aprender a decir la verdad cuando oramos.
La genealogía de Jesús no oculta nombres que seguramente nosotros hubiéramos querido borrar. Aprendemos así lo que significa la gracia de Dios.
Una cosa son las creencias o las cosas que decimos en algún momento de nuestra vida, y otra muy diferente es encontrarse cara a cara con la muerte. Eso lo cambia todo.
Se necesita fe y valor para restaurar una relación que se ha roto. Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios.
La depresión no debe tomarse nunca a la ligera. Compartimos algunas sugerencias para lograr la recuperación.
Nadie hubiera inventado una historia así: no sólo que Dios se hace hombre, sino que se hace un bebé.
El proceso de recuperación se construye sobre el fundamento de enfrentar la verdad, por mucho que duela.
Hay esperanza para aquellos que luchan con la oscuridad de la depresión.
Jaime Fernández nos invita a hacer un recorrido fresco por los evangelios. Cada semana, un nuevo vídeo.
Conocemos tanto de Jesús que da la impresión de que nada nos asombra. El esfuerzo más importante es leer los evangelios como si fuera la primera vez.
Ser santo es ser inmensamente feliz, porque así es Dios. ¡Lo opuesto a la santidad es la amargura!
En la vida cristiana todos estamos en la aventura de la competición para luchar y ganar.
Existen varios factores, tanto dentro como fuera del control de la persona, que contribuyen a esa condición que cubre la vida como una nube oscura.
Dios se ha especializado en usar a personas fracasadas, a los que han caído, a los que piensan que su vida no tiene valor.
Independientemente de cómo llegue, la depresión puede afligir el alma como lo hacen pocas experiencias personales.
Deberíamos tener una papelera de reciclaje en nuestro corazón para borrar todo lo que nos ha hecho daño: amargura, envidia, orgullo, palabras que otros nos han dicho, situaciones que nos hicieron daño, odio, malos pensamientos…
No nos engañemos, todos necesitamos afianzar nuestra lealtad. Todos necesitamos aprender a ser más fieles cada momento de nuestra vida.
El dolor humano se acerca al sufrimiento de Dios hasta un punto difícil de entender. Contra lo que algunos piensan, Dios no es insensible a nuestro mal.
Puesto que fuimos hechos para vivir para el Dios que nos hizo, nada está en su sitio hasta que lo encontramos.
Había ganado la medalla de oro en los 100 metros de atletismo en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, pero la colocó en las manos de su padre cuando este fue enterrado en 1987.
Establecer fuentes de quietud y crear hábitos pacíficos nos da recursos maravillosos para lograr la paz interior.
A veces pienso que las personas se parecen al vino, los años hacen agrios a los malos y mejoran a los buenos.
En la nueva página se encuentran clips de vídeo realizados por el autor que sirven de introducción a cada uno de los capítulos del libro.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.