El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Cuando solo seguimos a personas, corremos el riesgo de caer en mecanismos sectarios e idolatría. Este libro nos enseña a buscar a Dios.
Necesitamos volver a lo importante. Recordar lo que merece la pena: hay que pararse y buscar los caminos que nos dan la vida y volver a andar en ellos.
¿Qué aprendemos de las genealogías de la Biblia? Entre otras cosas, que Dios cuida los detalles.
Necesitamos dedicar tiempo a los que no lo comprenden todo, a los que dudan, a los que están sufriendo. Si nuestro Pastor salió a buscar a una oveja que se perdió, nosotros también debemos hacerlo.
No importa lo que los demás digan. Tenemos que seguir adelante.
Muchos líderes tomaron malas decisiones por dar la espalda a Dios. Él envió a profetas para que abriesen los ojos.
¡La Biblia dice que cuando el Señor Jesús vuelva, los jóvenes volverán a jugar!
A veces la sabiduría puede ser usada para cosas que no son buenas.
Muchas veces no tenemos descanso en nuestra vida porque no estamos haciendo nada que merezca la pena.
La historia de David nos recuerda la importancia de vivir en la presencia del Señor y compartir esa vivencia con los que nos rodean.
Aquel lugar sólo tenía dos tipos de personas: los que derrochaban maldad, y los que sufrían.
Este libro nos enseña a pensar más en los demás y no tanto en nuestro provecho personal.
A algunos, ser leal a Dios les cuesta la vida. Hay lugares ahora mismo donde matan a los cristianos simplemente por serlo. ¿Estamos dispuestos a vivir con ese riesgo?
Esta es una historia de fidelidad, ayuda mutua y decisiones correctas.
Cuando lo tienes todo, pierdes la capacidad de agradecer, la belleza del proceso de conseguir y la fascinación de admirar.
En este libro vemos a personas que solo acuden a Dios cuando las cosas van mal, algo que sigue sucediendo hoy.
Este es un libro de conquista en el que aprendemos los resultados de confiar en la Palabra de Dios.
Toda la ética cristiana podría resumirse a una sola palabra: gratitud.
A veces creemos que conocer lo que Dios dice es suficiente, pero lo trascendental es aplicarlo.
Dios nos regala la libertad para tomar decisiones, e interviene cuando debe hacerlo, sin que nada le tome por sorpresa.
El cuarto libro nos muestra a un Dios activo y presente, pero a un pueblo de Israel que no confiaba en Él.
Las normas de Dios no son para limitarnos, sino para ayudarnos a disfrutar más de la vida que él ha creado.
¿Qué ocurre cuando nosotros perdemos a alguien que vivía cerca de nuestro corazón?
El segundo libro nos narra una salida, un triunfo, que se cumple en base al propio nombre y carácter de Dios.
Si el que informa presume de integridad, debe ser humilde como otrora lo pregonara con su vida el de Nazaret.
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