El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Pido al Dios de mi vida no cambiar, no dejarme arrastrar por el miedo o la comodidad, y esforzarme del modo que sea por ayudar y servir.
La promesa de la vida eterna es una de las esperanzas más firmes de todos los que confiamos en Dios.
La empresa municipal de transporte de la ciudad eliminó en 2018 los anuncios del Festival de la Esperanza de sus vehículos por la visión de Graham sobre la sexualidad. Ahora, un tribunal asegura que fue un acto de discriminación religiosa.
Sólo Dios puede hacernos ver con otros ojos lo que se cuece a nuestro alrededor, sólo Él puede hacernos emitir algo de ese amor que nos lanza a raudales.
Un texto inédito en libro, donde el autor vislumbra lo que está sucediendo en estos tiempos pandémicos, además de resaltar la dosis de esperanza que nos hace salir adelante.
El autor Jaime Fernández Garrido reflexiona en este libro sobre lo imprescindible de la esperanza en medio de cualquier adversidad.
La línea que separa el deseo legítimo, de la necesidad y la idolatría es tremendamente fina.
No olvidemos la esperanza y el consuelo futuros que supondrá permitir que las personas mueran bien.
¿Qué valor le damos a mantener las propias convicciones cristianas anteponiéndolas a cualquier otro provecho?
La queja puede fortalecernos, moldear nuestro carácter y, a su vez, formar el carácter de una nación.
Trataré de actuar mejor con aquellos que me quedan.
En tiempos de sufrimiento y traumas durante esta pandemia del COVID-19, Dios está con nosotros mientras lloramos a los difuntos y nos protegemos del virus. Un artículo de Gladys K. Mwiti.
Hay esperanza, hay luz al final del oscuro túnel de muchos de los acontecimientos históricos.
Nuestro Dios sigue hablándonos en medio de la tremenda dulzura de un silbo extremadamente suave, dulce y apacible.
No entraremos en pánico, no tendremos el corazón encogido. El mensaje de la Navidad nos empodera para que seamos manos tendidas de ayuda a aquellos que nos necesitan.
Dios no puede cambiar. Lo que ocurre es que sólo se puede comunicar con el hombre hablándonos en términos humanos.
Podemos amar a muchas personas por lo que significan para nosotros, pero tenemos que reconocer que no hay nadie como Jesús.
El actual Partido de los Trabajadores de Corea del Norte ha abandonado su responsabilidad principal de proteger a sus propios ciudadanos del hambre, la opresión y la persecución. Pero Dios no lo ha hecho.
Este icono de la postguerra está sufriendo ahora una fuerte revisión crítica, por la que parece que se equivocó en casi todo.
Ni el más grande hombre o mujer en la historia de nuestro mundo, es capaz de absolutamente nada desconectado de Dios.
Dios es soberano y todo obedece en última instancia a su voluntad. Así lo enseña la Escritura en muchos lugares. Pero al mismo tiempo nosotros somos plenamente responsables de nuestros actos.
Sonrío ante un espléndido regalo que me envuelve en gozo devolviendo claridad al presente que me acoge.
El vendrá, sin ninguna duda, lo ha prometido. La pregunta es ¿qué encontrará cuando lo haga?
Esto sí parece realmente una pandemia, más allá de la sanitaria a la que nos enfrentamos. Atañe directamente a nuestra falta de sabiduría y discernimiento, a la falta de afecto natural por el prójimo e, incluso, por nosotros mismos.
¿Ha desaparecido Dios de nuestros esquemas de pensamiento a la hora de considerar el mundo y los asuntos de esta vida?
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