El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La tradición monarcómaca calvinista va a unir, casi desde el primer momento, dos conceptos distintos: libertad de conciencia y derecho de resistencia.
Según el reformador de Ginebra, la gracia no sólo tiene que ver con la salvación, sino también con los dones ofrecidos al hombre natural.
Tratamos un asunto que suscita dudas en la actualidad entre muchos evangélicos. Opinan autores de Protestante Digital.
Lo importante de la ley, dice Calvino, no es tanto su contenido, ya que este varía según las circunstancias históricas, sino que sirva a los objetivos políticos queridos por Dios, es decir, a fines buenos y verdaderos.
Para Calvino, Dios quiere la vida política, pero ello no significa divinizar este ámbito porque la sociedad política sigue siendo provisional, imperfecta.
Vamos a destacar la complejidad del pensamiento del teólogo Calvino, y a valorar como valiosas las tensiones y dilemas irresolubles que encontramos en su obra.
Hay discípulos suyos esparcidos por toda América Latina como pastores o educadores teológicos o misioneros transculturales en varios continentes.
Tantas veces nos encontramos con lo mismo, que la obra de Dios se tiene que llevar adelante sin medios, y en medio de gran oposición.
La Biblia nombra a un español, que siendo gobernador de una provincia mantuvo en ella la libertad religiosa y la estableció como juez, a favor del gran apóstol de las naciones.
Iniciamos un año en el que podemos los cristianos protestantes ser un testimonio del triunfo del que tiene todo poder, y lo ejerce cada instante.
Weber nunca quiso hacer lo que unos le han cargado, ni contestar a las preguntas que otros le han requerido.
El Evangelio de nuestra salvación es también el descubrimiento de la mentira del Otro.
La Constitución ni es el franquismo, y por eso habría que liquidarla por fin; ni es un constructo de la pureza democrática.
Franco no fue el líder de un partido, sino el jefe de un Estado al servicio de la tradición católica
Vencido y humillado, el artículo 16 ha sido derrotado. La tradición ha triunfado.
Antonio Rivera García, desde hace años es autoridad de referencia en este asunto.
La confusión de la actuación y de las preguntas es síntoma de una situación sin mucho futuro.
Aquí presentaremos política protestante. Con esto no se pretende algo eclesiástico, todo lo contrario.
Nosotros estamos sujetos a la compañía de profetas y apóstoles, al conjunto de la Escritura; los otros están sujetos a la compañía de sus jerarcas.
La imagen del reformador llegó desdibujada por la influencia de los jesuitas, explica Emilio Monjo.
Nuestro culto lo realizamos en Cristo, él mismo se presenta, con él nos presentamos, y somos recibidos, estamos en comunión con Dios.
Somos el templo del Señor, piedras vivas, que el Señor crea y conserva hasta el final.
Emilio Monjo nos cuenta cómo en el recién descubierto continente americano, al igual que en la península ibérica, hubo lugar para un evangelismo basado en las Escrituras, aún antes de la eclosión de los reformadores europeos.
Un solo síntoma: falta absoluta de respeto por lo que es público, que a todos pertenece.
La autoridad de la iglesia no está en su organización, en su estructura temporal, sino en la Verdad, que está escrita en la Biblia. Ni más, ni menos. La autoridad del Estado (dicho en plan muy general) es de otra naturaleza; en él sí que está en su estructura, en su organización.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.